C174: Decidiste tentar al diablo.
Jordan, temblando, levantó sus manos despacio y atrapó la muñeca de Reinhardt, la misma con la que sostenía brutalmente su mandíbula. No intentó apartarla, pues de todos modos no lo lograría. Solo la sostuvo allí, como un gesto pequeño, frágil, casi suplicante.
Pero Reinhardt no se inmutó.
—Aunque es absurdo que te lo pregunte... —gruñó él—. Sé perfectamente por qué decidiste engañarme. Lo hiciste para huir de Zaid. Te disfrazaste para desaparecer de su radar, para que no pudiera encontrarte. Y también sé que él tenía razón cuando dijo que tú me buscaste. Que sabías que éramos enemigos, y por eso decidiste que querías mi protección. Entonces, lo que hiciste aquella noche en el muelle, salvarme la vida, fue parte de tu maldito plan.
Jordan quiso negar, quiso gritar que no, pero su garganta no emitió sonido alguno. La presión emocional era demasiado aplastante.
—Todo lo planeaste —refunfuñó Reinhardt—. Llegaste a mi cabaret, a mi vida, presentándote como si no recordaras absolutamente n