SÃO PAULO: BAR - RESTAURANTE. Cómo es verdad que cuando hay dinero de por medio, las cosas se consiguen más rápido, ya tengo la información sobre el arquitecto ese de pacotilla, ahora estoy aquí esperando por su noviecita, lo que hice fue mencionar su nombre y de inmediato quiso hablar conmigo, vamos a ver cómo reacciona cuando le diga que su amorcito está detrás de mi prometida. ¡Vaya, vaya! Sí esa que viene entrando es la tal Julia, está muy, pero muy hermosa, que suerte tiene el arquitecto. —Buenas tardes, ¿usted es Gael? —Asi es señorita, Gael De Souza para servirle. —Gracias. —¿Por favor qué le gustaría tomar? —Lo mismo que estás tomando tú, si no te importa vamos a tutearnos. —No me importa, es más me siento mejor así. —Entonces Gael, para que me citaste aquí, me dijiste que tenías algo muy importante que decirme sobre mi prometido. —Así es, pero primero vamos a brindar por este encuentro, ya te trajeron tu vaso de whisky,
APARTAMENTO DE EVALUNA. —Amor, quieres salir a comer fuera. —No, prefiero quedarme aquí contigo. —Estoy de acuerdo, vamos a ver una película aquí en la cama, pero primero déjame ir a la cocina a preparar unas cotufas y una bebida, así vemos la película como si estuviéramos en el cine. —Resultaste un buen amo de casa, de lo que me estaba perdiendo. —No te acostumbres te voy a enseñar a cocinar, eso es fácil sólo tienes que ponerle amor a la cocina. Juan Carlos se va a la cocina, yo me quedo preparando el ambiente cuando suena mi teléfono, veo la pantalla y me doy cuenta que se trata de Maicor. No sé si responder, el teléfono sigue sonando, decido contestar, no quiero que Juan Carlos lo escuche. —Aló. —Hola Evaluna, ¿qué haces, estás en tu apartamento? —Si. —Me puedo llegar hasta allá, no te veo desde que finalizó el congreso, necesito verte. —No puedo, estoy ocupada. —Es solo cuestión de un rato, o mejor te espero e
APARTAMENTO DE EVALUNA. La sorpresa fue tan grande que no me dio tiempo a reaccionar, me quedé estático, momento que aprovechó Julia para introducirse dentro del apartamento. —Hola amor, por fin nos volvemos a ver. —¿Te pregunté qué hacías aquí? Te voy a pedir que salgas de esta apartamento. —Vaya, Brasil te ha puesto mal educado, como has cambiado, no me vas a invitar a sentarme, tengo sed brindame por lo menos un vaso de agua. —Julia deja las payasadas y sal de aquí. —Porque tengo que irme, si me voy tú te vas conmigo, recuerda que eres mi prometido, mi futuro esposo, así que dónde tú estés yo tengo derecho a estar. —¿Quién te dio esta dirección? —No importa quien me la haya dado, lo importante es que estoy aquí. Dime, dónde está la mosca muerta de la doctora, quiero hablar con ella, cuando me vio en el apestoso pueblo salió corriendo, claro la culpa la atormentaba por meterse con un hombre comprometido, no me dio oportunidad para h
HOSPITAL. —¿Evalúa para dónde vas? —Voy a terapia, quiero estar con él. —Está bien, pero antes tienes que calmarte, así no le vas a prestar ayuda, ahorita está sedado, pero cuando despierte no te puede ver así, tú como médico sabes eso. —Okey, ya me calmo, amigo no me puedo quedar aquí, tengo que ir con él. —Sí vamos, yo te acompaño. —Papá trata de comunicarte con los papás de Juan Carlos y diles lo que está pasando. —Hija no te preocupes por eso, yo me encargo, anda con él, pero hazle caso a Édgar Miguel. Cuando lo veo en terapia, sentí como si mi corazón se hubiese detenido, tengo unas ganas inmensas de gritar a todo pulmón, de lanzarme en sus brazos y llorar hasta que no me quedaran lágrimas, pero sé que no lo puedo hacer, el intensivista me ve y se acerca. —Doctora, ya me informaron la relación que usted tiene con el paciente, sepa que estamos haciendo todo lo posible, la operación resultó bien, gracias a Dios que pudimos extraer
HOSPITAL. —Doctora allá afuera están los padres del paciente. ¡Dios! En qué mal momento voy a conocer a los papás de Juan Carlos. —Voy, por favor esté pendiente de él. —No se preocupe doctora, su novio se ha convertido en el consentido de la sala. —¡Dios Santo! Lo van a malcriar, después me lo tengo que aguantar. Allí están mis suegros, su mamá cuando me ve corre hacia mi con los brazos abiertos. —Mi niña, ¿cómo está mi bebé?. —Se está recuperando, muy pronto sale de esta sala. —¿Y tú, estás bien? —Si, todavía un poco sorprendida con todo esto, pero estoy bien, ahora lo importante es que Juan Carlos se recupere pronto. —Señorita Julia, mucho gusto, lamento mucho conocernos en esta penosa situación. —Mucho gusto señor Huerta. —Mi niña, ¿será que puedo ver a mi bebé? —Por supuesto, venga conmigo para que la preparen y pueda entrar a terapia, sólo puede entrar uno. —Sí, yo entiendo, primero que entre su mamá
HOSPITAL. —Dime mamá. —Buenos días hijo, ¿ya llegó Evaluna? —No, me llamó, ya viene en camino. —Sabes que no estoy de acuerdo con lo que vas hacer, pero eres igual a tu padre cuando se empeñan en algo nada ni nadie los hace cambiar de opinión. —Mamá ya lo hablamos, es lo mejor para ella. —Si, si, ya te escuché, pero tengo confianza en Dios que él va a tomar el control de la situación, ustedes se aman, tiene que haber una solución para todo esto, además vas a destrozar a esa muchachita, dime lo qué piensas decirle. —No sé mamá algo se me ocurrirá. —Si sabes, pero no me quieres decir, hijo cuando hables con ella deja una abertura para que ese amor vuelva a retomarse, por muy pequeña que sea, por allí se van a volver a colar sus sentimientos, yo lo sé, mi amor de madre me dice que ella es la mujer para ti, por favor no la dejes ir del todo, sé cuidadoso con tus palabras. Después que hables con ella, me llamas para ir al hospital, no me qu
HOSPITAL. —Buenos días mi amor, ¿cómo te sientes?, ¿dormiste bien? —Si me siento bien. Me acerco a la cama para darle un beso en los labios como estamos acostumbrados a saludarnos, pero un ligero movimiento de su rostro me hizo entender que no quería ser besado, eso me inquietó un poco, una bandera roja se dibujó en mi cerebro, sacudí mi cabeza como para no darle importancia a su gesto. No pasa nada Evaluna, todo es imaginación tuya. —Evaluna, por favor siéntate necesito hablar contigo. No, no, no, ese tono no me gusta, algo está pasando. de nuevo se encendió la luz roja. —¿Qué pasa amor? Te noto extraño. —Por favor, quiero que escuches sin interrumpirme, ¿lo prometes? —Está bien, habla de una buena vez, ya me estás inquietando, no me gusta tu tono de voz, no me gusta tu expresión, no me gus… —¿Evaluna te quieres callar?, te pedí que no me interrumpieras. —Okey, me callo. —Evaluna, amor, esto lo he pensado m
APARTAMENTO DE ÉDGAR MIGUEL. —Evaluna no acepto un no, tú te quedas conmigo, además tenemos tiempo que no compartimos el mismo techo, así que vas a pasar unos días conmigo, si quieres vamos a tu apartamento a buscar ropa yo te acompaño. Me quedo viendo a mi amigo y él de inmediato me extiende sus brazos, yo me cobijo en ellos. —Llora amiga, no te detengas, sé que lo quieres hacer. Allí en sus brazos lloré como una niña, Édgar Miguel pacientemente esperó que yo me calmara. —Amigo, él aún ama a Julia. —¿Por qué lo dices? —Fue muy claro conmigo, estaba dolido porque Julia estaba pasando trabajo por su culpa, no le importó que ella le disparó, sólo está preocupado por ella. Me dijo que él tenía la culpa de todo, por eso teníamos que terminar, sabes lo que pienso, que él nunca me quiso, yo solo fui el instrumento para él olvidarse de Julia, pero no lo consiguió por eso decidió romper conmigo. Amigo, sólo sirvo para esto, para que me utilice