Lucy
Esta mañana he despertado mucho mejor. Más de lo que merezco, en realidad. Los medicamentos y los cuidados que me han dado, en especial de Georgina, me han ayudado a estar de mucho mejor ánimo. Nunca tendré cómo agradecerles a éstas tres mujeres por ayudar a una total desconocida. Me quejo cuando pasa la peinilla por mi cabello, intentando peinarlo, se disculpa y rio, porque incluso para eso es tierna, y porque mi cabello ya de por sí solo es un nido de pájaros indomable. Quisiera prepararle un pastel y dárselo en la boca como a una bebé.
—No tienes que hacer esto.
—No. No tenemos que hacerlo, pero queremos y tú colaborarás.
Que cosita tan tierna.
—¿Cómo llegaron a mí?
—El señor Walker preguntó por ti cuando probó el café. Sarah se preocupó y la