Martes, 28 de octubre
—¿Por qué estás aquí sola y a oscuras, mi amor? —pregunto al encontrarla agazapada detrás de su cama.
—Diles que no sigan.
Antes de preguntarle a qué se refiere, ella grita cuando otro golpe, más fuerte, se escucha, y sé que proviene de la habitación de Jake seguido de voces altas amortiguadas por la música.
—Espera aquí, bebé. Voy a ver qué sucede.
Corro a la habitación, pero esta se abre antes de, siquiera, intentar tocar la perilla. Un agitado e iracundo John, sale como toro embravecido.
—John.
—No me hables. Esto es tu maldita culpa, Sarah —espeta y se va como alma que se lleva el diablo.
Totalmente confundida, voy hacia la habitación de mi niño para saber lo que sucede. Sé cómo es John cuando está molesto y, en e