— Esto es… un amor prohibido, cosas de destino o casualidad, es… maravilloso, y doloroso. — la pelinegra estaba que no cabía en sí, con todo lo que Felipe le había contado.
— O, queria y eso solo es mi historia, con el tiempo conocerás el secreto de cada uno de nosotros, veras como la decisión de una persona, es como el aleteo de una mariposa.
— El aleteo de una mariposa puede generar un huracán al otro extremo del mundo. — recito Dasha lo que escucho muchas veces en China.
— Así es querida, así es, ahora deja que te maquille.
Nikola tomo una bocanada de aire, estaba solo con dos mujeres, pero se sentía intimidado y no era para menos esas mujeres eran las más poderosas del mundo, capases de acabar con quien quisiera con solo tronar los dedos y sin necesidad de ensuciar sus zapatos de diseñador.
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