Capítulo 266
Santiago llegó con una voz repentina —Si vienen a guardar luto, deberían arrodillarse y llorar ante el altar. ¡Ayuden a la señora Sánchez a arrodillarse!

Laura alzó la cabeza sorprendida, viendo a Santiago con su suave presencia y sonrisa tranquilizadora que parecía curar todas las heridas.

Le recordó su infancia, cuando Santiago siempre la consolaba después de ser golpeada o regañada.

Siempre lograba animarla rápidamente.

Después de tantos años, su presencia aún le daba paz.

Obligaron a Lina a arrodillarse ante el altar de Adriana. Los ojos en la foto ampliada parecían especialmente vivos, asustando tanto a Lina que hasta olvidó llorar.

¡Incluso muerta la vieja seguía asustándola!

Patricia, que iba a agarrar a Lina, retrocedió silenciosamente al ver la escena.

Era mejor que alguien más ayudara.

Maite, al ver a Santiago, sonrió ampliamente acercándose —Santiago, ¿no estabas muy ocupado en la empresa? ¿Cómo es que viniste?

Lo dijo intencionalmente para desviar la atención hacia Santiag
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