Capítulo 211
Laura despertó sobresaltada al sentir un peso sobre ella que casi le impedía respirar.

Al abrir los ojos, se encontró con el rostro de Miguel muy cerca del suyo. La suave luz de la lámpara suavizaba sus facciones, dándole un aspecto menos severo y más gentil.

Laura, pensando en el bebé, se asustó.

—Miguel, ¿qué haces?

Su voz somnolienta sonaba suave en la atmósfera nocturna.

—Te acurrucaste contra mí mientras dormías —explicó Miguel directamente.

Laura se sorprendió.

Después de tres años compartiendo cama, se había acostumbrado a dormir así.

Pero había preparado dos mantas separadas. ¿Cómo había terminado así?

—¿Por qué te contienes, señora Soto? —preguntó Miguel con una sonrisa enigmática.

—Me estás aplastando, ¿podrías moverte? —Laura temía por el bebé pero no se atrevía a empujarlo, solo podía intentar razonar.

Laura se encontró confundida. Era imposible razonar con él.

—Miguel, por favor, no —su voz temblaba ligeramente.

Este hombre solo pensaba en una cosa.

—Miguel, por favor, déj
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