Capítulo 131
En ese preciso instante, Patricia despertó sobresaltada y se encontró con unos ojos que desprendían una intención asesina. Su mente se aclaró al momento y gritó a todo pulmón:

—¡Que alguien venga rápido!

El hombre, sorprendido por su repentino despertar, intentó cubrirle la boca, pero ya era demasiado tarde. Tras evaluar la situación, optó por huir despavorido hacia la salida.

En su prisa, se le cayeron la jeringa y la aguja.

Al ver estos objetos en el suelo, Patricia tuvo una revelación repentina y, sin pensarlo dos veces, arrancó la aguja del brazo de Laura.

Laura, que acababa de despertar, se quedó perpleja ante su ágil acción.

—Patricia, ¿qué sucede?

Patricia recogió la jeringa y la aguja del suelo, y volteándose hacia Laura, le explicó:

—El hombre que acaba de entrar inyectó algo en tu bolsa de suero. Por precaución, vamos a suspender la infusión y mandar a analizar el contenido.

Patricia había presenciado cantidad de situaciones turbias en las familias adineradas desde pequeña. L
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