Timo sonrió ante las palabras de Gloria. Pensó que ella era realmente mucho más interesante que Lorisha.

"He oído que amabas mucho el dinero".

Gloria bajó la cabeza sin ninguna respuesta.

Todos sabían que ella amaba mucho el dinero.

Gloria frunció los labios en una sonrisa insondable, levantó la mirada y dijo: "Sí, y por eso acepté arriesgar mi vida para conseguirlo".

"¡De acuerdo! ¡Cuatrocientos mil dólares! ¡Trato hecho!". Timo sonrió, sus ojos brillando.

Gloria era fea pero realmente muy especial.

La arrojaron dentro del contenedor. Se envolvió firmemente en su ropa y no se la quitó.

El agua ya estaba por encima de su cabeza. Su ropa, empapada hasta los huesos, se volvía más pesada y la arrastraba hacia abajo.

Al principio, Gloria podía abrir los ojos y ver a los hombres lobo parados frente al contenedor transparente, mirándola divertidos.

Timo parecía gentil con sus gafas de borde dorado. Pero en ese momento, no podía ocultar la emoción en sus ojos; su rostro se iluminó de alegría