Capítulo 96.2 - Su castigo

—No estás en celo todavía.

— ¿No? Pero el calor que siento y los deseos incontrolables por el Alfa...

—Es normal que dos jóvenes enamorados se deseen mutuamente. Después de todo son pareja, el deseo es normal y a medida que se vuelvan sexualmente activos... ¿Luna?

No es celo, el doctor dice que es deseo. Pero no creo que sea eso, es algo más grande que no puedo definir ni tiene palabras.

'¡Es exactamente lo que dijo el Doctor Yeha, tienes la respuesta justo ahí!'

Si no es celo ni tampoco deseo ¿Entonces qué es esto que siento como una incontrolable flama viva en mi interior?

****

Finalmente lo he terminado, me costó casi dos días enteros encerrada en la habitación, casi no dormí hasta que vi las últimas palabras en el texto, pero ha valido la pena. En cuanto volteo a ver a mi lado se encuentra Hershey durmiendo sobre el sofá, ella se encarga de traer comidas y vigilar que me encuentre hidratada. Por las noches es el único momento en que regresa a ver a Jerome, fue el castigo que le impuso el Alfa por la interrupción del otro día.

—Hersh, ya terminé. —Por más que sacudo su hombro ella no me responde. Debe ser porque el embarazo la deja más exhausta o tal vez por estar alejada de su pareja. —Hersh…

Entonces sonrío con una idea maliciosa.

—Quería que me hicieras un favor y llevaras esto al Alfa, su Gama está con él así que---

— ¡Yo se lo llevo! — Dice arrebatando lo que llevo en las manos y saliendo apresurada de la habitación.

Ya que he terminado podré verlo pronto.

***  

En lugar de Ery, quien ha pasado por la puerta es de nuevo Hershey.  Quien, como suele molestarle al Alfa… Nunca toca la puerta antes de entrar.

—Me dijo que te diera un mensaje.

Dice Hershey con una cara tal de preocupación que me es contagiosa.

— ¿Y cuál es ese mensaje?

—Que… te prepares para tu castigo esta noche.

Mientras veo oscuro y me siento aterrada, Chiara se retuerce de la emoción. No puede esperar para saber qué castigo candente nos quiere poner pero yo dudo mucho que su castigo sea algo sexual.

— ¿Te dijo algo más? ¿Leyó lo que le envié?

— ¿Quieres que te diga la verdad? — No me gusta cómo suena eso— Ni siquiera lo leyó, me dijo que aún no puedo ver a mi amado y que aún no conocemos el alcance de su ira.

¡¿Por qué?! ¡Dijo que me perdonaría si escribía hasta finalizar “Misterio Mortal”!

‘Eso no fue lo que dijo’

¡Claro que dijo eso! Ni siquiera viene a decirme en persona algo como “espera tu castigo” ¡¿Ni siquiera puede decirme la clase de castigo?! Mínimo quisiera saberlo, al menos para estar preparada para lo que sea que viene.

— ¿A dónde va, Luna Cady Cad?

— ¿No es obvio? Voy a cantarle todas y en cada letra del alfabeto.

—El Alfa dijo que si permito que mi Luna salga de la habitación aunque fuera por un segundo hará que su Gamma pague las consecuencias.

¡Vaya tirano! ¡¿Qué se supone que quiere que haga hasta que llegue el anochecer?! ¡¿Jugar charadas con Hershey?! Maldito Alfa gruñón y vengativo…

‘— ¿Alfa tonto?’ He usado el enlace mental para preguntarle.

‘—Hablaremos después de tu castigo’ Y así sin más corta la llamada de enlace.

Nuevamente intento comunicarme con él y un sonido desagradable como esa grabadora me recuerda al mentado día del secuestro, los renegados y la espera del castigo de Ery. Como un efecto dejavu me anuncia que me ha bloqueado.

¡¿Qué?!

—Lo mejor será esperar entonces. —Dice como si la preocupada fuera ella— Tampoco Jerome me puede responder…

Parece que será un día muy largo...

***

No tuve que esperar mucho, unas horas después tocaron mi puerta varias mujeres de la manada y como si fuera un recordatorio de esa mentada noche de bodas, me llevaron como si fuera bulto hasta los baños y me vistieron como si fuera muñeca con lo que les dio la gana.

¿No había dicho que me castigaría hasta el anochecer? No parece un “castigo” que me haya mandado a poner un vestido bonito aunque ese apretado corsé me está matando. Fueron muchas horas de preparativos y finalmente comienza a ocultarse el sol.

— ¿Lista para tu castigo? —Dice ese Alfa loco quien entra sin tocar la puerta como tanto pregona.

— ¿Puedo elegir con qué instrumento? — Suelto en voz alta y creo que fue culpa de Chiara.

— ¿Qué tanto balbuceas? Ven, todos nos están esperando.

¿Dijo “todos”?

¡Carajo, es un castigo en público!

Ery me toma de la mano y me resisto a seguirlo. Si va a castigarme o lo que sea, prefiero que sea en privado y no de alguna forma humillante frente a toda la manada. Quien sabe cuántas cosas perversas pueda hacerme.

Después de que me niego a moverme una tercera vez, Ery me toma como un costal de papas y me lleva en su hombro mientras lo golpeo leve pidiendo que me baje.

¡PAF!

Ery me da una palmada en el trasero y me pide que esté quieta. Chiara responde encantada y casi toma posesión de mi cuerpo de la emoción. Creí que había escrito a un personaje más tranquilo y elegante pero Chiara resultó ser una tremenda pervertida masoquista.

Una vez que hemos salido de la casa de la manada todos aplauden emocionados. Espero que ese castigo no sea algo como lo que estoy pensando… ¡Ya basta, Chiara! No es nada grato tener todas esas ideas de posibles castigos voyeristas mientras veo que están todos ahí para ver el espectáculo público.

— ¿Otra vez estás dispersa? Parece que este castigo no será lo suficiente--

— ¡Ya basta, dices castigo esto y aquello! ¡Dime de buena vez qué me harás! ¡¿Me vas a atar en frente de todos?! ¡Te advierto que nuestro acuerdo prohíbe maltrato físico!

Entonces Ery me mira como si hubiera dicho algo sorprendente y se ríe.

—De verdad… —Murmulla sin dejar de reírse— ¿Crees que te impondría un castigo físico sabiendo que eso le encantaría a tu loba?

¡¿Entonces qué me harás?! ¡Deja tanto misterio y dime!

—Los mejores castigos no se limitan a lo físico o verbal, también los hay usando las debilidades del enemigo y sus peores temores.

¿Qué quiere decir con eso?

—Para ti tengo un castigo mucho más satisfactorio…

¡¿Qué es?!

—No te lo voy a decir. Es mejor verte anticiparlo, solo sigue las instrucciones de mi Beta. 

— ¡No, dime ahora mismo!

Ery suspira con una sonrisa maliciosa y me dice algo que jamás me habría pasado por la cabeza ni en mis mayores pesadillas.

—Como mi Luna es tu deber dar el discurso para abrir el festival.

¡¿QUÉ?! ¡¿Hablar y leer en público…?! ¡¿Frente a todos?!

—Te dije que te daría el mejor castigo de todos.

— ¡SOLO TE LLAMÉ “EDITOR”! ¡ESO NO ES NINGUN CRIMEN!

—Lo es para mí.

Y así, sin mirar a verme y dejándome con el pánico escénico en la boca, Milo me pide que lo siga hasta el maldito podio donde hubiera estado mejor una horca.

—Descuida, lo harás bien.

Milo me tiende un gran manojo de papeles y me deja frente a todos.

Hubiera preferido latigazos o que Ery me torturara sexualmente que esto.

Por algún motivo me recuerda a la primera y única vez que subí a dar un discurso en la universidad, justamente cuando me equivoqué y llamé al abuelo de mi jefe "Ermenwulf" Aún recuerdo la humillación, desde entonces me da pena subir frente a muchas personas.

¡¿Cómo supo eso Ery?! Seguramente se lo dije cuando el alcohol desinhibió en mis venas quien sabe cuántos secretos. Entre la multitud está el maldito Alfa sádico y en lugar de esa ropa que aparenta varias épocas mezcladas (pero que se le ve bien al desgraciado) lleva un traje de diseñador italiano que aparece como un recuerdo distante.

No me queda de otra, respiro hondo y leo en voz alta.

—Los gritos se escuchan entre las paredes, gotas de sangre comienzan a empapar el tapete de un color blanco y puro...

Espera un momento, esto es una página de mi historia de asesinatos en una cabaña.

¿Se habrá traspapelado algo aquí?

Mis manos buscan con desesperación las páginas reales de lo que debo leer pero todas son mi historia, no hay nada aquí salvo todo lo que he escrito con mi propia letra.

¡No es posible!

Busco de nuevo su rostro entre la multitud y ahí está Ery, su mirada es seria y veo con nerviosismo hacia Milo quien parece estar tranquilo.

¿Acaso ninguno de los dos ha notado que estoy leyendo el discurso incorrecto?

Si leo un poco más, él también deberá percatarse de que me ha dado otro texto ¿Cierto?

Tragó saliva y leo en voz alta desde el principio la primera página y al no recibir ninguna respuesta ni por enlace mental, continúo hasta que la falta de expresión en el rostro de Ery me hace recordar con más precisión aquel día, su rostro también se veía así entre todos los presentes.

— ¡Continúa, Luna!

Hershey se levanta entre el público y aplaude.

— ¿No es maravilloso? En lugar de un clásico discurso aburrido, nuestra Luna trae una historia interesante sobre un misterio y unos asesinatos.

Ante las palabras de aliento de Hershey algunos comienzan a elevar sus voces y asienten al comentario de mi mejor amiga.

'— ¿Lo ves? Te dije que haría que seas reconocida'

Su voz entra en mi cabeza y está vez en lugar de no mostrar emoción alguna me sonríe.

Ah, esto me las va a pagar después.

Continúo leyendo hasta que pierdo completamente el miedo y mi voz fluye de forma natural incluso modulando la voz entre escenas. Chiara me ayuda en algunas escenas representando a otros personajes.

Cuando finalmente termino hay un gran silencio y no sé si eso es bueno o malo.

Ery continúa de brazos cruzados y Milo se ha quedado con una mano en la barbilla pensativo.

Incluso Hershey me ve con los ojos y boca abiertos.

Nadie en la manada parece querer hablar.

¿Tan malo fue?

¿Lo hice mal, Chiara? Le llamo en mi cabeza desesperada sin ninguna respuesta.

Lo mejor será retirarme guardando la mayor cantidad de dignidad posible, no puedo mostrarme vulnerable ni asustada, actuaré como si no me afectara...

Maldito alfa, esto no es un castigo ¡fue una venganza!

Hago una pequeña reverencia entre disculpa y agradecimiento dejando los papeles y antes de que me gane la necesidad de salir corriendo finalmente alguien entre el público aplaude. Es el Alfa Sieg.

Después lo hacen Jerome y Hershey, Milo, la señora Bertha Thunderhowl y uno tras otro le siguen hasta que se llena de aplausos.

Mis ojos arden entre emociones que se agolpan una tras otra y finalmente Ery aplaude acercándose a mí.

—Como pueden presenciar todos en la manada, su Luna goza de una imaginación sin precedente y un talento nato para contar historias. Una Omega cuya sensibilidad es su mayor arma.

Él me cubre con sus brazos diciendo que está orgulloso por haber sido bendecido con una pareja como yo. El lugar se llena de aplausos mientras Ery elogia la historia.

—La historia que acaban de escuchar estará disponible para todos los que quieran leerla. Así como mi Luna, hay demasiado talento y sensibilidad para crear maravillas como esta. Es por eso, que a partir de esta noche declaro que todo aquel que crea tener el talento suficiente, sin importar su rango, podrá mostrar sus habilidades y la manada se hará cargo de recompensar ese potencial.

'Cady, el Alfa acaba de declarar que todos son libres de mostrar habilidades independientes a su rango'

Fue justo lo que prometió esa vez.

—Declaro también desde este día, que mi Luna es un autor oficial de la manada y sus historias serán compartidas en toda la manada y yo, Alfa Ery Avery, supervisaré cada una de ellas.

No puede ser...

¿Es por eso que me ha evadido? Creí que estaba molesto por llamarlo mi editor.

— ¿Qué te parece, mi Luna Cady? ¿Puedo ser tu editor?

Su voz es baja, lo ha dicho para que solo yo le escuche. Conmovida hasta las lágrimas asiento mientras él me cubre.

—Tus lágrimas de felicidad son hermosas, Pero no puedo permitir que alguien más las vea.

Dice cubriendo mi rostro, solo puedo asentir nuevamente mientras otro torrente de lágrimas que no puedo controlar salen.

Luego de que me calmara Milo se disculpó conmigo y me admitió que me mintió con respecto al festival de los siete aullidos y el castigo.

Aunque si existe la fecha de celebración es hasta dentro de dos meses más.

— ¿Te sorprendí? —Lo golpeo en el hombro con el puño.

— ¡Terrence Gian Avery, por poco se me sale el alma por el pecho y muero!

—Sabía que te encantaría.

— ¡¿Estás loco?! ¡Primero me dices que vas a castigarme y luego me dejas leyendo un "discurso" que resultó ser la historia que escribí! ¡¿Tienes idea de lo mucho que me confundí?! ¡Pensé que había hecho algo mal o era un error del cual no podría salir!

—Si te lo decía estaba muy seguro que te ibas a negar.

— ¡Claro que no me negaría!

—Sé que tienes pánico a los discursos frente a una multitud.

¡Ahora mismo quiero saber cuándo le dije eso!

Sin poder siquiera abrir la boca para preguntarle, él me detiene con un solo dedo en mi frente.

—Me habría gustado saber con qué apodo llamarías a mi abuelo frente a toda la manada por ser un manojo de nervios.

¡Oh, por Dios! ¡¿Cuándo---?!

— ¿Acaso eso también te lo conté la noche que nos embriagamos?

Ery se lleva el dedo a la boca como si dijera que es un secreto.

—Creí que no está permitido mencionar a tu abuelo.

—Al igual que no está permitido hablar mal del Alfa y mira que no te he reprendido por ello.

—Te casaste conmigo para castigarme—Le respondo con un aire un poco picarón.

—Sí, comienzo a pensar que eso fue más un honor. Deberías estarme agradecida porque no existe nadie que se pueda igualar a mi poder y alcance.

—No estaría tan segura de eso... Eres demasiado explosivo y bobo.

—Solo contigo me permito ser un poco bobo.

El silencio nos rodea y una sensación cálida me llena por toda la cara.

—Aunque tal vez no tenga la experiencia como cierto hombre al que no quisiera comenzar a mencionar--

—No hay comparación. Eres el mejor, querido editor.

Realmente lo siento, no es un halago para tenerlo de buen humor. Incluso si no es su profesión, lo hizo de maravilla. Incluso creo que ha quedado mejor esta recreación de la historia. No estoy segura de todo lo que le habré dicho esa noche cuando nos sinceramos con cervezas, tampoco lo que habré mantenido para mí… Él de algún modo sabe de mi pánico escénico y creyó en mí hasta el final.

Solo pensar en ello hace que se llene el interior de mi pecho, siento un cosquilleo que me recorre desde la nuca hasta la punta de mis pies, todo ello vibrando de regreso hasta mi cabeza.

—Adelante, si quieres besarme puedes hacerlo.

Es tan descarado que sabe avergonzarme hasta el punto de querer ocultarme debajo de una roca. Lo peor es que ahora que lo ha mencionado no puedo apartar mi vista de sus labios que por algún motivo me parecen apetitosos. 

— ¡¿Quién te dijo que yo quiero...?! ¡Ugh! ¡Ni que fueras tan atractivo!

—Ah... Qué mal agradecida eres con tu esposo, pareja y Alfa.

Le saco la lengua y ambos nos reímos.

—En realidad si eres atractivo. —Admito a regañadientes.

— ¿Tanto como para besarme y dejar que haga contigo lo que quiera?

—Buen intento—niego con la cabeza y me encojo de hombros.

—Vaya mal agradecida —chasquea la lengua y me lo dice en un tono un poco juguetón — y yo que pensé que con este acto estarías convencida de que la diosa te bendijo al entregarte a mi como pareja.

—Terrence Gian Avery, eres un Alfa demasiado pretencioso.

Ery se queda en silencio, rasca su cabeza y luego me mira como si quisiera contenerse. Luego toma mi mano y la besa, Dios… esta sensación es insoportable.

—Llámame como desees. Puedes decirme editor o cualquier nombre incluso si no es el mío. Mientras sea para dirigirte a mí y a nadie más.

—Si me das permiso ya no es divertido.

—Hablas tan confiada que me pregunto si no habrás tomado alguna bebida con alcohol por accidente.

Aseguro que estoy completamente sobria.

Aunque acepto que por algún extraño motivo me comporto de una manera más... ¿Confiada? No. A la vez quisiera encontrar un hueco y esconderme. No sabría dar un nombre a esto tan contradictorio en mi interior.

Aunque estamos bromeando hay algo que si es en serio...

Ningún otro podría hacerme sonreír y molestarme de esta forma, si fuera emparejada con otro protagonista, fuera humano o alfa, no creo que le tendría afecto ni mucho menos me haría reír como si todo fuera natural.

—Nadie que no sea tú--

Mi boca resbala esas palabras que se disparan en el aire como fuegos artificiales.

En este momento un sonido como un disparo en el cielo y luces de colores me sorprenden.

— ¿Eso? —Dice Ery señalando el cielo. —Es por la magia de Alexia.

“¿Alexia? ¿Quién es esa?” Es lo que pienso al mismo tiempo que Chiara mientras ambas vemos indignadas como una mujerzuela se enrosca como serpiente a nuestro hombre.

— ¡Alfa!— le llama esa suripanta de cerca.

¡Chiara, deja de meterme esas palabras por la cabeza!

—Alexia es la bruja de Sor Orentia Stumble. Es una de las más poderosas que existen. Le pedí que viniera.

¿Por qué Ery necesita de una bruja? ¡¿Y por qué le deja estar tan cerca y pegada a él?!

Su cabello es de un rojo peligroso como el fuego y sus ojos son de un tono verde como los de Candace, aunque ambas tienen rasgos físicos parecidos Su cabello es corto, tiene un cuerpo más voluptuoso y algo en su mirada que es atrevido y a la vez aterrador.

“Conejita”

“Voy a pedir un deseo por ti”

Uno a uno se me agolpa los recuerdos de esa mujer.

Alexia es idéntica a Martha.

—Saludo a la Luna de mi Alfa. — Dice sonriendo como si no estuviera manoseando a mi Ery frente a mí con gran descaro—Tranquila, soy del tipo que respeta a los hombres casados.

Chiara gruñe en mi interior mientras intento contenerla a ella y sus ganas de desgarrarle la garganta. Incluso a mí me ha metido sus celos.

‘¡No, Cady! ¡Ambas queremos desollarla viva!’

—Aunque no puedo decir que respete por igual a las hembras que considere lindas.

La bruja extraña me toca los labios rozando con sus largas uñas afiladas, ahora es Ery quien gruñe y pone su espalda frente a mí para crear una barrera entre las dos.

Chiara ni siquiera responde, quedó estupefacta por lo que acaba de pasar.

—Te traje aquí y pagué una buena suma para que hicieras lo que te pedí. No te atrevas a pasarte de lista.

—Oh, solo estaba bromeando— Sonríe y sus ojos verdes brillan como si fueran radioactivos— Alfa.

La tensión es tan grande que podría cortarla con un cuchillo y escabullirme por ahí.

— ….

— ¿Te gustaron las luces que he invocado para ti, Luna? —Ella asoma su cabeza detrás de Ery y sonríe mientras intenta alcanzarme— ¡Oh, vamos…!

Alexia llena de aire sus mejillas y hace un puchero muy infantil cuando Ery aleja su mano de mí.

—Ya te lo advertí— Dice Ery desafiante.

—Vaya que tienes los huevos para desafiar a una bruja, Alfa.

Me mira de reojo y se encoje de hombros.

—Si quieres que haga mi trabajo debes permitir que la vea, Giancito.

¿Giancito?

—No me llames así, bruja loca.

La bruja se ríe y con su magia aleja fácilmente a Ery.

—Estos Alfas y sus celos nada saludables ¡Tch! —Sopla en su dedo como si hubiera disparado con un arma— Ahora veamos.

Alexia toca mi cara, acomoda sus manos entre mis mejillas acercando su frente y me observa a los ojos como si quisiera adentrarse hasta lo más profundo de mi alma.

—Hmmm… que extraño, hay un pequeño conejito aquí.

¡¡Esa no se parece, es Martha!!

— ¿Cómo te llamas, lobita gazapo?

—Candace Var Sansa---

—No. Quiero tu nombre real.

Trago saliva y veo a Ery quien asiente.

—Cadence Beckham—Luego añado— Apellido Dawson de nacimiento, lo cambié debido a unos temas personales.

—"Cadence" como el ritmo y "Beckham" como la que vive en el arroyo, que bonito nombre.

‘No te quedes mucho tiempo cerca de esa, tiene cara de que nos quisiera comer’

Chiara sospecha mucho de esa bruja.

—Así que eres un viajero del rosario.

— ¡¿Eh?!

—Esta pulsera tuya es un rosario y puedo sentir un poder sobrenatural dentro. Cada cuenta lleva una historia consigo y una misión.

— ¿Entonces sabes cómo llegué aquí?

—Solo sé lo que puedo ver. Además de ese rosario tienes la sombra de la muerte, su olor es inconfundible, eres un alma perdida en otro cuerpo en búsqueda de los preceptos de su vida.

¡Realmente es buena en lo que hace! ¡Se ha acercado bastante!

—Oh, pero tu alma está atada a la de alguien más. Es un hombre, alguien que ha recorrido el camino de los preceptos como tú---

— ¡Bien, suficiente por hoy! — Dice Ery empujando a la bruja Alexia y apretujándome contra su pecho— Debió ser un viaje muy largo, mi Beta te llevará a una de las mejores habitaciones de la manada.

Ery dice algo entre dientes que no puedo entender mientras Alexia tuerce la boca en una media sonrisa y murmulla “Como usted desee, Alfa Giancito” seguido de un gruñido de Ery. Beta Milo llega de inmediato y hace una reverencia pidiendo a la bruja que le siga.

¿Por qué la habrá traído a Silivia Crescent Lake si la detesta tanto?

Ery suspira y se disculpa por dejar que la bruja se introdujera a si misma de esa forma murmurando algo como “Si no fuera que tiene algo que quiero--“ seguido de un largo silencio. En el cielo se vislumbra otro fuego artificial de un color verde como los ojos de esa bruja, él no me ha soltado y puedo sentir los latidos de su pecho. El olor que emana como un mar embravecido y cítrico hace que algo en mi interior vibre.

—Esta noche debieron ser solo las luces, nada de brujas extrañas. —Ery recarga mi cabeza en su hombro mientras ambos miramos hacia el cielo.

—Es un poco excéntrica pero es agradable. —Chiara me gruñe— Bueno, eso creo, aunque Chiara dice que te golpee por dejar que otra mujer te toque.

Ery se ríe, su mano apretuja mi hombro y me hago un ovillo en su pecho. Ambos vemos los fuegos artificiales en silencio hasta que finalmente el cielo queda oscuro y despejado, no es hasta ese momento que finalmente puedo percatarme de que mi mano ha tomado la suya casi todo ese tiempo.

Maika Maese

A su manera cumplió su promesa, su castigo fue liberar una de sus inseguridades para que finalmente pueda creer en ella misma. La joven escritora siente una emoción como nunca antes lo había hecho sin embargo no es por los aplausos ni la admiración del público. En medio de la belleza de aquellos fuegos artificiales creados por magia de una extraña bruja con apariencia similar a la de otra persona que conoció en su vida "real" su interior se llena de explosiones de emociones igual de mágicas mientras siente el calor del Joven Alfa a su lado.

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