~Acto II: Empujar hasta el Límite~

Hurgando en el cajón de chucherías continúo presionándome para encontrar algo que tirar a la basura y así desatarme de ella.

Después de un episodio de ansiedad que nunca creí volvería a tener en mi vida, porque he sabido mantenerme en calma sin dejar que nada en la vida me afecte, me vi a mi mismo en la penumbra completa por una mujer que no merece mi preocupación. Esta vez debo arrancarla de raíz, sus recuerdos, su presencia, todo.

No he podido mover nada, decido separar lo que me parece importante e imposible de desechar, más de la mitad del cajón son de este tipo. Luego veo revistas y hasta recetarios de cocina ¿Qué demonios hace esto aquí?

Entre los apuntes tengo subrayados distintos tipos de alimentos un plan completo de una dieta balanceada de hierro y zinc así como folletos de restaurantes.

Por supuesto, todos tienen que ver con esa mal agradecida que me ha abandonado sin despedirse adecuadamente.

Entre toda esa pila de basura hay anotaciones mías:

“El Foie Gras es rico en ácidos grasos insaturados, contiene proteínas y minerales como calcio, hierro y zinc…  así como vitaminas A, C, B, E y ácido fólico. Previene enfermedades en los ojos, fortalece el sistema inmune y tiene propiedades anti cancerosas”

Hace cinco meses y medio

En lugar de trabajar como Dios manda, he estado buscando información de alimentos saludables para Cadence. Desde que noté fragilidad en su cuerpo, quien no puede aguantar cargar ni 4KG de libros, me propuse vigilar su alimentación, no sería bueno si terminara con anemia por todos los problemas y estrés que ha pasado los últimos meses.

Además, imaginar que la llevo a un restaurante elegante y ganar puntos con ella es algo que me hace sentir un cosquilleo en mi espalda. De acuerdo, Foie Gras será.

Me preparo para escribir en WhatsNow cuando una forma de tocar infantil me interrumpe.

TOTOTOCTOCTOTOTOCTOC

 —Estoy ocupado, Ed. Regresa más tarde.

Sin hacerme caso mi odioso hermanastro entra por la puerta interrumpiendo como siempre. Además seguro me dejó la puerta abierta.

— ¡Er! ¿Por qué aumentaste el contrato de Beckham tres meses? ¿Y cómo está eso de que solicitó vacaciones? ¡Nuestra prima está muy molesta porque has hecho todo eso sin consultarle primero!

—En primera, buenos días y en segunda, no necesito pasar por nuestra prima para hacer algo que concierne a MI escritora a cargo.

— ¡Er! no puedes disponer de esos asuntos pasando por encima de recursos humanos y los que están a cargo de ese tipo de temas. Somos editores, no más.

—Sí, lo que digas. Ya le aprobé las vacaciones y ya aumenté el contrato. Ya está hecho así que…

— ¡Er! ¿Qué diab…te pasa? Tú nunca harías cosas impulsivas como esta.

—Pasa que Beckham tuvo una situación de emergencia, eso es todo.

—Incluso si es una emergencia, somos editores no los dueños de la empresa y aunque así lo fuera tenemos protocolos y reglas que seguir también.

Respiro hondo. En eso tiene razón, pero debía hacerlo… Si la envío de vacaciones puedo ocultarla un poco antes de que descubran las estadísticas que omití.

—El estado de salud de Beckham es delicado. Además, en todo lo que lleva de contrato jamás había tomado vacaciones. ¿No es el trabajo de recursos humanos revisar eso? ¿Qué hicieron todos esos años?

—….Hablaré con Eli.

—Bien.

—Si vas a hacer algo al menos podrías contarme, sabes que no tengo problema en consultar con ellos por ti.

—De acuerdo, te avisaré a TI de antemano como eres mi JEFE.

—Hermano, Er… sabes que no me interesa un puesto alto.

Si claro, por eso te la has pasado indagando, revisando lo que muevo y hago. Bajo esa mirada inocente de santo inmaculado sé que solo esperas un movimiento que yo haga mal para ganar el favor de nuestro abuelo.

—Si ya terminaste tus sermones puedes retirarte.

—….

Sin decir nada más, Edward sale de mi oficina y como el cobarde que es, dice algo justo antes de sacar sus pies por el pasillo para que no pueda responderle.

—Últimamente actúas como si te hubieras vuelto loco.

¡MALDICION!

Había olvidado lo entrometido que es mi propio hermanastro. Seguro estará vigilándome si hago más movimientos como este.

Lo cierto es que hice algo que me pondría en muy mala posición, no solo con mi abuelo y la empresa entera, también con Cadence.  Yo…

¡DING!

[CAD-ENCE@AUTOR: ¿Foie gras? ¿No es algo elevado de precio? Eso no es necesario, te agradezco mucho los mensajes, no creo que sea correcto aceptar comidas de extraños]

No…

Reviso continuamente, veo la aplicación abierta de WhatsNow y EarthmyWorld, debido a que me he distraído con la interrupción de Edward escribí el mensaje que iba a enviarle a Cadence como yo mismo. Escribir eso me tomó mucho esfuerzo y valor porque últimamente solo confía en mi identidad falsa y me ha dejado más de lado.

—¡NO, NO, NO, NOOOO!

Ahora veo con horror el gran error fatal que he cometido. Bien, debo ser rápido. Hemos tenido las suficientes conversaciones y nivel de confianza para comentar casualmente de sus comidas favoritas así como que vivimos en la misma ciudad… De milagro no ha tratado de conocerme en persona, tampoco es que ella piense mucho en esas cosas con su personalidad pasiva y los mil problemas que ha de tener revoloteando en su cabeza.

¡DING!

En cuanto leo su mensaje suspiro de alivio.

Para mi suerte Cadence no le da mucha vuelta y no sospecha un solo pelo de mí, por el contrario ahora me ha dejado la tarea de cambiar el foie gras por un pollo frito a la miel… No me agrada que coma chatarra, pero su propuesta de dejar que seamos más cercanos si tomo el desafío es bastante grande.

Se supone que aunque me sé su dirección esa información no se la ha revelado a Edw2238, tal vez después de preguntarle desconfíe de mi lo cual es lógico…

¡¿Qué es esto?!

¡Me dio su dirección!

—¡Cadence, ¿qué tan ingenua puedes ser?! —Digo jalándome de los cabellos.

¡Ese tipo de información es peligroso revelarla a un completo extraño! ¡Le voy a dar la reprimenda de su vida! ¿Qué hubiera pasado si ese extraño no hubiera sido yo? ¿Eh? ¡¿Qué nadie le enseñó el cuento de los cabritos y el lobo?! De inmediato tomo mi saco y abro la puerta encontrando a mi odioso hermano obstruyendo el paso.

—Er, hablé con Eli y dijo que…

—Estoy ocupado, hablamos después.

Lo paso de largo y espero el maldito elevador. Se tarda demasiado ¡¿Por qué si es un elevador para ejecutivos?! Gruñendo como si me llevara el diablo golpeo la pared y bajo las escaleras piso por piso.

Luego que todo esto pase, cuando Cadence termine su libro, le prohibiré subir por estas escaleras tan largas y le daré acceso al elevador.

Una vez llego escaleras abajo, me subo sobre mi querida Tyley y manejo tan rápido como puedo a su departamento. En cuanto llego a la puerta del edificio sigo echando humo hasta por lo oídos con un calor abrasivo. ¡En serio le voy a cantar hasta las más floridas! ¡¡No le des tu información a extraños jamás!!

Toco su puerta y nadie me responde.

—La señorita salió. —Dice la vieja chismosa mientras finge barrer.

— ¿Hace cuánto?

—Desde temprano en la mañana.

¡Demonios! ¡¿A dónde se fue?!

La señora se me queda mirando, conozco esa forma de ver analítica, me está revisando lo que llevo puesto seguro se piensa que debo llevar mucho dinero.

No, no me vas a sacar ni un centavo más.

—Avísame si llega a este número.

Le tiendo mi tarjeta de presentación y le resbalo debajo de ella 20 dólares. La mujer se guarda el dinero después de estirarlo como almohadón.

No sé dónde tengo metida la cabeza. De igual modo me conviene que la vieja chismosa me favorezca.

Sin más remedio porque sé que no va a responderme como su editor, busco de nuevo el enlace de pollo que había encontrado momentos antes de que me diera su dirección como si nada.

Hago la orden y envío a Cadence un mensaje avisando que superé su prueba.

Una vez que ella me llama eficiente y decide darme su confianza, aunque sigo molesto, sonrío porque al fin me habla con menos formalidades. Luego una sombra de duda me invade, es mi identidad falsa la que abrió otra puerta. Yo como editor solo soy un molesto ser que la está obligando a escribir.

—Me pregunto, si te dijera que soy Edw2238… ¿Confiarías en mi igual?

Tal vez si le digo que ando manejando por ahí…que si necesita transporte podría pasar por ella y quizá invitarla a cenar… Tal vez puedo ganar unos cuantos puntos, si todo sale bien y hablamos en confianza, le diré la verdad.

[Estás de suerte, voy a llevarte a cenar así que baja…]

No, suena demasiado pretencioso. Menos mal que no lo he enviado y puedo borrar todo.

[Iba pasando por la zona y pensé que seguramente con lo pobre que eres no tienes un vehículo, entonces dime dónde estás para recogerte]

No, ahora la estoy insultando.

Escribo varias veces hasta que consigo el mensaje perfecto. Sin embargo, en cuanto lo envío descubro que lo he mandado otra vez por EarthmyWorld y que, de haberlo leído, acabo de revelarle mi identidad.

Para beneficio mío mi usuario es de administrador en la aplicación, así que pude eliminar el mensaje a pocos segundos de enviarlo.

¡Qué idiota! ¿Y si alcanzó a leerlo?

Ni siquiera tengo cómo averiguarlo porque no sé dónde anda…

BRRRR BRRRR

{¿Eardwulf?}

—Sí, diga.

{La señorita del departamento #166 ya llegó}

Sin esperar más giro el volante y piso el acelerador.

Si lo pienso demasiado me voy a distraer tanto que podría tener un accidente. Respiro hondo y rezo que Cadence no haya leído nada de ese mensaje eliminado.

***

Subir las escaleras fue una odisea infernal, cada escalón me pareció eterno. Por más rápido que subiera parecía aumentar más mis dudas y temores.

Sin embargo mis temores se volvieron un mal presagio cuando lo vi… Ahí frente a Cadence estaba un hombre de estatura poco más baja que yo pero corpulento, una mirada que parece intimidante y a la vez se reprime de mostrar su verdadero ser.

Cadence observa a ese hombre como si fuera un monstruo aterrador.

—Espera aquí, ya los traigo—Dice con una voz temblorosa.

— ¿Por qué no puedo entrar a tu casa? ¿Qué me ocultas?

¿Qué diantres? ¿Quién es ese hombre y por qué le habla así?

Algo me alerta que debo hacer algo y tomo ese impulso para detener a quien sea que esté intimidando a mi chica.

— ¿Quién es usted? —Le digo ejerciendo mi dominio.

—Soy el padre de Candy Cad… Digo, Cadence.

— ¿Candy Cad? —Repito recordando haber escuchado ese apodo la vez del bar.

—Así me dice…

Ella mira hacia el suelo, está pálida y noto que sus piernas tiemblan a pesar de que trata de aparentar estar tranquila. Apesta a cigarro, mucho más que cuando yo fumaba, el hombre debe fumar de la marca más barata y corriente en cantidades exageradas. También apesta a puro alcohol de mala calidad.

Usando la excusa de que quiero hablar sobre los detalles de su obra le pido a ese mal nacido que se retire.

—Sí, está bien. Pero, hija sobre lo que hablamos…

—En un momento lo traigo.

Cadence no está bien y se le nota demasiado.

Quiero decir algo más cuando la mano de Beckham me toma de la manga y me jala hacia la entrada de su departamento, no me alegra su cercanía porque sé que de algún modo me usa como escudo humano.

Mis sospechas prueban ser ciertas cuando al entrar saca el sobre y retirando un billete de 100 dólares, avienta el sobre ocultando este debajo de la mesa antes de abrir la puerta.

Mientras le entrega el dinero y cierra rápido no puedo evitar cerrar el puño. Más porque su padre parece un extorsionador.

Aunque quiero remarcarle que si necesita ayuda puede contar conmigo Cadence me evade a toda costa hablando de su proyecto y hasta ofreciendo mostrarme sus adelantos.

No me interesa ver eso en este momento.

Me importa mucho más la palidez en su rostro, se ve más delgada y frágil que antes. Así que voy a romper otra regla.

—Te preocupa más gastar tu dinero en estupideces como mantener a un borracho que tu propia salud.

—¡….!

Luego alguien nos interrumpe tocando la puerta, bueno, al menos ya no la abrió alguien sin tocar antes…

¡¡¿Qué está haciendo?!!

¡Cadence abre la puerta sin siquiera preguntar quién es primero!

¡No hace mucho el borracho extorsionador que tiene como padre le sacó 100 dólares y va, abre la puerta de nuevo sin verificar nada…! ¡¿No tiene sentido común?!

Recibe el pedido que hice de pollo frito a la miel y lee la nota que pedí que escribieran.

Su sonrisa, su maldita sonrisa al leer el mensaje me vuelve mantequilla y a la vez me entra como un baldazo de agua helada cuando me percato de que esa sonrisa no es para mí… ¡Es para 2238!

Nunca creí que estaría celoso de mí mismo, es una locura.

— ¿Abres la puerta sin verificar quién es primero?

—Ya sabía que venía el repartidor, no es que…

—De verdad que eres crédula.

Crees en cualquier extraño hasta en ese vejete majadero que te saca tu dinero ¿y no puedes confiar siquiera un poco en mí? ¿Por qué me ves como si fuera tan poca cosa en tu vida?

—Confío en mis amigos.

—Un amigo cuyo nombre sea unos números y letras ambiguas no siempre son de confiar.

—Edw2238 es un lector de mis novelas.

—Con más razón deberías tener cuidado. ¿Quién te asegura que no te vaya a enviar una bomba en tu buzón sabiendo tu dirección…?

—Yo creo en esa persona tal y como creyó en mi cuando empecé a escribir.

Siento una gran punzada en el pecho con esas palabras. No, Cadence, ni siquiera escribía esos mensajes como un lector sincero, no supe de tu habilidad ni comencé a admirar tu talento hasta hace pocos meses.

—Si conoces tanto a esa persona entonces dime, ¿Es un hombre o una mujer?

Es suficiente, esta noche se lo diré todo. Debo ser sincero, explicarle que estos años fui un desgraciado egoísta, que no valoré su trabajo y la dejé a su suerte mientras continuó escribiendo más de 10 libros que pudieron ser mucho mejores con la mano de un editor que se interesara en catapultarlos hacia el éxito.  Pero que he rectificado mi error, he cambiado, ya no la menosprecio ni creo que escribe sin alma… Que yo…

Impulsado con los latidos en mi pecho antes de que le diga todo sin tapujos abro su puerta y le indico, sin palabras que le hagan mal entender más las cosas, que salga. La guío por el pasillo, las escaleras, la puerta de salida y cuando llegamos a mi automóvil ella rompe ese silencio.

— ¿Oh, Ben cambió de color?

—Se llama Tyley, Ben tuvo que jubilarse luego de que cierta escritora de cuarta vomitó en uno de los asientos.

Tenía que arruinarlo yo mismo con mi molestia. El hecho es que cuando estoy con ella, hablo como cuando éramos más pequeños y me gustaba tanto que mi cerebro me auto saboteaba.

Ella ni siquiera recuerda esa noche de Abril, cuando me volví un adicto a su aroma y su presencia. Mucho menos la boda y el love hotel…

Cadence me observa en un incómodo silencio.

— ¿No vas a subir? — le digo siendo tan amable como puedo.

Pero ella me observa con un semblante de fastidio. ¿Por qué siento que piensa lo peor de mí? Incluso parece temerme más que a su padre el borracho apostador.

¿Qué puedo hacer para que me vea como a esa nota de Edw2238? Si me acerco a abrirle la puerta ya puedo imaginarla temblando, no, mejor dejo que suba sola.

En cuanto subo a Tyley y ella cierra la puerta del asiento de copiloto tengo tantas cosas que quisiera preguntarle. Entre ellas qué hacía ese tipo que se hace llamar su progenitor ahí en su puerta cuando no ha hecho más que causarle problemas y deudas con las que apenas puede lidiar.  Decirle que me parece imposible que confíe hasta en ese cabrón mientras a mí me ve como su verdugo.

Está pálida, seguramente sigue conmocionada por lo que pasó en su departamento o quizá está pensando en otra cosa. Al menos sé algo, ese mensaje que eliminé nunca lo leyó. Porque de haberlo hecho, no sonreiría a la nota de Edw2238 como lo hizo.

— ¿No quieres vomitar o sí? No quiero perder también a Tyley.

—Estoy bien. Ya no está el aroma del cigarro así que…

Es tan descuidada que ni siquiera se ha puesto el cinturón, una vez leí un artículo sobre los conejos y como estos bajo estrés terminan con un espasmo. La condición psicológica que tiene de olvidar es algo similar. Así que debo tener cuidado y no asustarla.