La sala de juntas había quedado sumida en un silencio de acero. Afuera, el mundo seguía girando, pero dentro de esas paredes todo se había detenido. Llevábamos horas revisando registros, cotejando accesos, reconstruyendo minuto a minuto lo que había ocurrido la madrugada anterior.
No fuimos conscientes del paso del tiempo. Yo estaba demasiado ansiosa para pensar en algo más, mi cuerpo no sentía sed o hambre. Miré a Xander de reojo, pensando en si él estaría igual que yo, aunque realmente no lo entendía. Si Hart Tech desaparecía, él no perdería nada; era un proyecto demasiado pequeño en comparación con el resto de opciones que tenía.
Cerré los ojos con fuerza y respiré profundo, tratando de ahuyentar de mi mente los malos pensamientos. Y volví a concentrarme en lo que estábamos haciendo.
Xander había conectado su laptop a la pantalla central. El informe de seguridad interna se veía proyectado, ampliado, subrayado con notas que había dejado a lo largo de la mañana. Yo también había hec