El frío silencio en la habitación era insoportable.
Ava se paró cerca de la puerta de la suite de la pareja compartida, apretando sus dedos alrededor de la manija de su maleta. La habitación, lujosa y perfectamente diseñada, ya no se sentía como una fantasía. Se sentía como una trampa.
Todo lo que Damien dijo, todo lo que le hizo creer, se vino abajo en el momento en que lo escuchó murmurar: "Ella es solo parte del plan".
Su estómago se revolvió al recordarlo. Su corazón ya se había roto de la manera más silenciosa, sin gritar, sin advertir, solo un vacío doloro en su pecho.
Ella se había tomado una decisión.
Ella se iba.
La cremallera de su maleta se cerró suavemente, y ella la recogió, tragando el nudo en su garganta. Ella no quería llorar. Ella no lo haría. Ella era más fuerte que esto. Ella tenía que serlo.
Pero justo cuando alcanzó el pomo de la puerta, su teléfono sonó en la mesita de noche.
Ella lo ignoró.
Luego volvió a zumbar.
Y otra vez.
En el cuarto zumbido, algo en sus ent