-Aiden- hablo su amigo mientras se acomodaba el botón de su traje – no mires hacia la mesa
Contra todo pronostico, Aiden miro hacia la mesa.
-¡¿Qué fue lo que te dije?!- exclamo James molesto
-No puedes decirme que no vea algo que esta en la mesa, mis ojos automáticamente van a ir hacia la mesa ¡es cuestión de rebeldía!
James suspiro. De alguna forma. Su amigo habia arruinado la sorpresa. – Esta bien, entonces tómalos.
El chico de chaqueta y botas se acerco hasta la mesa y tomo los papeles -¿Esto que es?-le interrogo desconfiado
-Si los lees,- dijo – pronto lo sabrás.
Aiden sacudió su cabeza aburrido
-No me hagas así los ojos.
-¿así como?
-Lo acabo de ver, no me voltees los ojos, Aiden
-Claro, mama- respondió el otro con sorna
Kaia se rio
Ambos jóvenes voltearon a verla, pues ella acababa de entrar en la habitación. Esta cargaba puesto un vestido largo y elegante, de un color rosa pálido.
Ante los ojos de James, ella se veía hermosa, mucho mas que eso, ella lucia... inalcanzable. Igu