Tres días ya habían pasado. Y eso marcaba el fin del plazo para Jaladi y Dorian.
-¿Estas segura de que nos esta siguiendo?- pregunto el muchacho de ojos verdes mientras miraba disimuladamente hacia atrás
-Tu confía en mi, y sigue nadando
-¿Segura?
-No te detengas- le indica – y por sobre todo, no mires hacia atrás
Dorian no estaba seguro de Teles, pero estaba seguro de Jaladi. Así que confió en sus decisiones y su inteligencia.
Nado sin preocuparse mas de mirar si alguien mas los seguía o no.
Ambos hicieron su rumbo hasta entrar en el reino maldito. Territorio prohibido.
-Espera – dijo esta vez la muchacha
-¿Qué sucede?- pregunto ella
Entonces lo vieron nadar – un pez mensajero.
Dorian sintió un escalofrió recorrer su espalda – brbrbr esas cosas me ponen de los nervios. Siempre son un mal augurio
-Si no encontramos pronto a Kaia, - dijo- eso si que será un mal augurio
-Entonces será mejor darnos prisa- indico mientras su vista se dirigía a lo lejos. Justo hacia el palacio de la corte