Capítulo 41 No es un favor.
El gran trasero de Linda revoto en el sofá, las lágrimas de Rene desaparecieron de la misma impresión, mientras Renzo y Dalia estaban pálidos.
— ¿Cuantos secretos cargas? — murmuro Dalia, saliendo del aturdimiento. — ¿Cómo haces para engañar a todo el mundo? ¿cómo puedes dormir por las noches? — las manos de la joven estaban hechas puño, mientras la quijada de Renzo estaba tensa, sin embargo, Lucero solo le dedico una sonrisa irónica.
— Guardo más secretos de los que me gustaría, el ocultar información no es engañar, es proteger y respetar lo que se me confía solo a mí, soy la que los guía ¿verdad? — los ojos aguamarina de Lucero chocaban con los azules de Dalia, en un reclamo silencioso, que ya no sería tal. — Has deseado mi lugar desde hace tiempo. — Williams y Linda voltearon a ver a su hija, estaban sorprendidos. — Crees que el llevar esta carga es un privilegio. — se lo estaba dejando en claro de una vez por todas, el poder lo es todo ¡qué gran mentira! Lucero deseaba gritárselo