Sin decir nada más, Anna se apresuró a la habitación que compartía con Zeth siendo acompañada por Sandrine, quien lucía ligeramente pálida.― ¿Qué va a llevar mi señora? ―preguntó la joven sacando una mochila de un armario―Sólo lo necesario para mi hermano Sandy, a mí, sólo guárdame un cambio nuevo por favor ―pidió Anna mientras que ella rebuscaba entre sus cosas el teléfono que Elián le había dado ―Oh, y tal vez algo de desmaquillante ――Oh, pero mi señora, luce hermosa ―dijo Sandrine con voz temblorosa― ¿Estás bien? ―le preguntó Anna, quien soltó un suspiro al notar que, aquel teléfono, continuaba sin señal―Estoy algo nerviosa… ―― ¿Nerviosa? ―preguntó Anna apresurándose a tomar una almohada de la cama―Por Dánae y por la tía Helen, me preocupa que Aeris se vea involucrado ――El problema es en contra del palacio, los rebeldes no tendrían por qué tomarla en contra de la ciudad y el resto de los isleños ――Tal vez los rebeldes no, pero, mi señora, ¿qué hay de los soldados? ―Ante s
―Calma, calma ―le susurró Anna con dulzura al cubrirlo en un cálido abrazo ―Todo estará bien ―― ¿De verdad habrá una tormenta? ―preguntó Ares asustadoPara responder al cachorro, el fuerte sonido de un trueno resonó por todo lo alto, provocando que el cachorro se encogiera aún más en los brazos de su hermana.―Que extraño, creí haber escuchado que ese cachorro era el sobrino de la criada de la reina ―susurró Dagna, la Luna de Rayner Volker ―Yo hubiera apostado a que correría a los brazos de su tía ――Tal vez la conoce de Aeris mamá ―dijo Michel, quien también observaba la escena ―La verdad, es muy fácil encariñarse con ella ―dijo sonriendo cuando Anna, le hizo un gesto a Sandrine, quien se apresuró a sacar un tablero de ajedrez de la mochila que llevaba con ella―En eso tienes razón ―dijo Joel, quien, al ver como el niño comenzaba a acomodar las piezas, se apresuró a caminar en su dirección ― ¿Te apetece una partida pequeñajo? ―Sin saber que decir, Ares lo observó brevemente antes d
«Ubicación: Loto de Luna, esa misma noche.»En lo alto de una montaña, Aníketos observaba su territorio con nostalgia, pues a la mañana siguiente, el lobo volvería a Arcadia para enterrar su pasado de una buena vez y recuperar a su familia en el proceso, por lo que, ansioso, aulló al pequeño y apenas visible rasguño de luna que quedaba en el cielo.― ¿Estás nervioso, hijo mío? ―preguntó Máximus, quien se sentó a su lado― “¿Marcia te dijo dónde estaba?” ―preguntó Alastor mientras que Aníketos, continuaba con la mirada fija en su territorio ― “No recuerdo haberte traído aquí” ――No, no fue Marcia ―dijo Máximus con voz queda ―Me lo dijo Ragnar, sin embargo, todos ellos me trajeron hasta aquí ―dijo apuntando hacia atrás para indicarle que Marcia, Neilan, Wyatt y Ragnar, estaban presentes en el lugar― ¿De verdad pensaste que te dejaríamos solo esta noche? ―preguntó Neilan―Por la diosa, nunca vas a aprender ―suspiró Wyatt antes de sentarse a su ladoAnte sus palabras, Aníketos gruñó.La
Ante la noticia, Máximus no pudo evitar jadear sorprendido.Si bien era algo que él ya veía venir y que estaba contemplado en sus planes, recibir la confirmación de que una rebelión se había librado en su adorada Arcadia le partió el corazón.Ver aquella tristeza en los ojos de su padre provocó que el propio Alastor se sintiera desanimado.Sabía de sobra el amor que su padre tenía por Arcadia y que aquello estuviese sucediendo durante su reinado, era algo que lo estaba destrozando por dentro.Incluso, gracias a que su relación estaba sanando, sabía que su padre estaba cargando con una gran culpa, pues decía que no sólo le había fallado a su familia, sino que también, a su gente y a su raza.―Era inevitable ―masculló Máximus antes de volver su mirada hacia el territorio―Lo solucionaremos majestad, por favor, confíe en los guerreros de Loto de Luna ―dijo Neilan―No hemos perdido ni una sola batalla en años, no vamos a empezar ahora ―dijo Wyatt poniéndose de pie antes de sacudirse el un
El viaje de regreso al territorio de Elián fue más largo y complicado que la última vez, pues en aquella ocasión, Alastor era acompañado por dos alfas más y sus respectivos guerreros.Teniendo en cuenta la cantidad de personas que eran y que debían moverse con discreción, las situación era sumamente complicada, más no imposible.Durante el trayecto, Alastor, Laisha y Dante, se preparaban para entrar de manera furtiva a Arcadia.Al final habían decidido colarse al palacio en lugar de usar un portal, pues estaban convencidos de que Mendel habría reforzado sus hechizos y muy seguramente, habría conjurado una barrera que lo avisaría si usaban magia para entrar.Sin embargo, ninguno esperaba que Elián ya se habría preparado para aquello y hubiese llamado a cierta hechicera, la cual, podría ser una verdadera pesadilla para los hermanos Mendel.―Majestad Máximus, alteza Alastor ―dijo una hermosa mujer de cabello largo y negro como la noche, cuyos ojos, eran una hermosa mezcla de gris y azul
A diferencia de la costa de Gretza, el centro de Arcadia se encontraba consumido por la terrible oscuridad que la tormenta había ocasionado.La ciudad de Arcanis, era azotada por fuertes vientos, los cuales, habían logrado arrancar algunos árboles del suelo, mientras que puertas y ventanas, habían reventado debido a la increíble presión del viento.― ¿Dónde estamos? ―preguntó Alastor elevando la voz―Estamos en el café Deva ―informó Dante, quien no tardó en reconocer la estructura ―Parece que no sólo la tormenta azotó este lugar ―dijo tras estudiar atentamente el lugar ―Todo indica a que fue registrado ――Buscan la forma de llegar a Anna ―dijo Alastor, quien se apresuró a entrar a la cocina―No hay dudas de ello ―agregó al notar que la puerta de una oficina había sido derribada―Si lograsen llegar a ella, ellos no le harían daño, ¿cierto? ―preguntó Gino con preocupación, pues la oficina, había sido registrada también―Lo dudo ―masculló Dante ―La gente de Arcanis aprecia a Anya, sólo de
―Ellos sí, ya que fueron reubicados por Zeth y ahora viven en su viejo departamento en una zona privada en Khaliz, ya sabe, a las faldas del palacio, donde viven la mayoría de sus empleados y las familias de los soldados ――Sí, la recuerdo ―dijo Dante, a quien se le había ofrecido una pequeña vivienda cuando Arioch había decidido aceptarlo como el escolta de Anna ―Gerard, ¿crees que mañana la ceremonia sea celebrada pese a la rebelión? ――Estoy convencido de eso ―dijo el hechicero ―El huracán pasará dentro de poco, en cuanto a los rebeldes, estos retroceden durante el día, por lo que, mañana será el día perfecto para dicha ceremonia de unión ――Desa, como la maestra que eres, supongo que estás bien informada sobre las viejas costumbres de los hombres lobo, ¿podrías responderme a algo? ―preguntó Alastor―Por supuesto su alteza, ¿qué desea saber? ――Quiero saber si, gracias a dicha ceremonia, mi hija podría perder su vínculo con su compañero ―Ante el cuestionamiento, Desa sonrió antes
«Ubicación: Interlunio, la mañana siguiente.»Alrededor de las ocho de la mañana, todos los trabajadores del palacio de Interlunio trabajaban a toda velocidad para preparar lo necesario para la ceremonia de unión que se celebraría aquella tarde en una pequeña capilla, la cual, se encontraba ubicada en los jardines del palacio no muy lejos de los invernaderos.Debido a la destrucción que había dejado el huracán y los ataques rebeldes, todos los criados, iban de un lado a otro intentando reparar los daños causados en el interior del palacio, pues la estructura exterior, había sido gravemente dañada por granadas que los rebeldes habían conseguido del almacén de armamento del capitán Holt.A sabiendas de que nada más que un rey detendría a los rebeldes, Arioch decidió enviar a todos sus invitados a sus respectivos aposentos para que descansaran adecuadamente, pues la ceremonia de unión de Anya y Zeth, se celebraría sin contratiempos aquel día.Como Anna, Keren e Idylla también habían sido