Ante su sincronía, padre e hijo se miraron divertidos, incluso, algunas risas se escucharon detrás de ellos.
―De acuerdo ―dijo Máximus cuando Einar y el resto se marcharon ―Ahora explícame que fue lo qué pasó aquí ―
Soltando un amargo suspiro, Alastor asintió y comenzó a relatarle todo lo que había pasado desde la aparición de Paimon, incluso, repitió una a una las palabras que el demonio le había dicho, lo que provocó que Máximus frunciera el ceño.
― ¿Debemos matar al lobo de Arioch? ―preguntó el rey ―No lo sé hijo, no sé si debamos confiar en las palabras de un demonio, además, para hacer eso necesitamos a un hechicero y los que conocemos están ocupados ahora mismo, creo que deberíamos continuar con lo planeado, algunos de tus aliados están por alcanzarnos, si Arioch se marchó a Altalune, creo que no deberíamos perder más tiempo ―
―Espera, ¿algunos? ¿Qué pasó en Arcanis papá? ―preguntó Alastor con preocupación
―Cuando llegamos a la ciudad, el líder de la resistencia me estaba espera