Capítulo 76
Una ambulancia pasó a toda velocidad junto a su coche en dirección contraria, con la sirena aturdiendo el aire. Amaloa escuchó el estruendo, con el corazón entumecido y pesado.
Cuando Amaloa regresó a la oficina de Ethan, lo encontró sentado tras su escritorio con expresión solemne. Forzando una sonrisa radiante, Amaloa intentó alegrar el ambiente acurrucándose en su regazo.
En ese momento, Amaloa vio a Damián y Wilson en el sofá. Uno de ellos parecía serio mientras que el otro apenas podía disimular su diversión.
Sonrojándose, Amaloa se separó rápidamente de Ethan y los saludó: "Señor Curran, señor Yarrow".
Ella le lanzó una mirada de reproche a Ethan y continuó: "Te esperaré en el salón".
Al entrar Amaloa en la sala, aún podía oír la risa de Damián desde la habitación. Le ardían las mejillas de vergüenza.
Amaloa se recordó a sí misma que la oficina no era un lugar para bajar la guardia.
Poco después, Ethan entró y la atrajo hacia sus brazos.
Amaloa se resistió instintiva