LORETTA
Elliot se quedó conmigo un rato solo para asegurarse de que estaba bien. Aún era temprano y estaba segura de que tenía algunos minutos para seguir durmiendo, pero no pude. Temía que mi próximo sueño fuera más explícito. Así que, para quitarme esos recuerdos sucios de la cabeza, decidí hacerle algunas preguntas a Elliot.
"¿Quién eras para mi madre?"
Me miró desconcertado, de espaldas a la puerta, mientras se dejaba caer lentamente al suelo. "¿No me recuerdas?", preguntó.
"Sí. Me gustaría pensar que sí. Te recuerdo de mi infancia. A veces jugabas a las peleas conmigo. Los recuerdos son borrosos, pero sé que eres una buena persona."
"Era amiga de tu madre. Una amiga muy cercana."
Me vino otra pregunta a la mente, pero no quería decirla. Sonaba ofensivo para un hombre que acababa de salvarme la vida. Su don... nunca había visto nada igual. La teletransportación era un don que se suponía que mi manada había recibido, pero los libros decía