CAPÍTULO 29: PATÁN.
Hayami recargó su cabeza sobre el pecho bien formado de Iván; este acarició suavemente el cabello de Hayami.
—Ya te dije que extraño tu cabello ru...
—Y yo ya te dije que no lo teñiré, ¿por qué eres terco?
Él comenzó a reír por lo rebelde de la mujer que estaba viendo.
—Hayami, ¿cuándo le dirás a tu padre que estás conmigo? Ya han pasado tres meses desde que comenzamos a salir.
—No es el momento.
La mirada de Hayami estaba sobre la nariz perfecta de Iván.
—¿Cuándo lo será?
Ella suspiró. Desde la boda de su hermana había estado con él algunas veces; en ocasiones olvidaba su motivación de hacer sentir a Iván lo mismo que ella sintió, pero el recuerdo de su abuela entrando a su habitación la regresaba en sí...
—¡Hija, no llores más por ese hombre!
—Dime, abue, ¿no soy lo suficientemente buena para él?
—Eres más que eso, pero él no lo merece; alguien que hace que cambies tu forma de ser, tu naturaleza, inclusive el color de tu cabello, no merece tu amor. Quien te ame lo hará sin importar c