Hayami de 30 años es una chica independiente que goza de vivir su vida al máximo, esto despues de una traición amorosa del pasado, se ve involucrada con Noah de 30 años , que es el prometido de su hermana menor , ambos se desagradan pero el destino les tiene algo tramado
Leer másHayami despertó un poco mareada, frotó sus ojos tratando de enfocar su vista; sentía que su cabeza daba mil vueltas. Pensó que aún seguía un poco ebria por la cantidad de alcohol que había consumido una noche antes. Se sentó en la cama y una sábana blanca cubría sus senos que estaban desnudos; inspeccionó con su mirada el cuarto donde se encontraba, dándose cuenta de que claramente era una habitación de hotel. Estiró un poco sus brazos, giró un poco su cuello, ya que sentía una ligera molestia, pero se detuvo de inmediato al ver al hombre dormido que estaba a su lado. Hayami observó su torso desnudo, fijándose en que tenía buenos pectorales, aunque inmediatamente pensó que había visto mejores. El cabello del chico era obscuro; ella lo recordaba castaño, pero aparentemente había estado muy ebria para recordarlo bien. Se levantó de la cama sigilosamente, recogió su vestido además de su ropa interior que estaba regada por la habitación, se vistió muy rápido, tomó su bolsa y salió de la habitación rápidamente. Caminó hasta salir del hotel admirándolo debido a que era muy fino y hermoso.
Hayami tomó un taxi y, al estar dentro de este, se recargó en el asiento sosteniéndose la cabeza. El trayecto hacia la dirección que había dado al conductor fue muy tardado, o eso había sentido, porque en lo único en que pensaba era en acostarse en su cama y poder dormir el resto del día. Prácticamente, había dormido muy poco esa noche.
El conductor detuvo el auto cuando llegaron a su destino. Hayami abrió los ojos con cansancio para luego buscar dentro de su bolsa algo de efectivo. Finalmente, le ofreció un billete al taxista y salió del auto sin siquiera preocuparse por el cambio que este le devolvería. Se acercó a la enorme puerta de madera color café, buscó nuevamente introduciendo su mano en su bolso, buscando las llaves. Al encontrarlas, abrió despacio la puerta para que nadie la escuchara, caminó el largo pasillo y comenzó a subir las escaleras. Hayami rozaba el pasamanos dorado mientras subía. Cuando por fin estuvo en la parte de arriba, se acercó a una habitación, y estaba a punto de abrirla cuando una voz la llamó por su nombre.
—¿Hayami? ¿Apenas estás llegando a casa?
Hayami la volteó a ver con la mirada cansada y desganada. Suspiró al ver que era su hermana menor, Isabel.
—Sí, apenas...
Respondió sarcásticamente con aire de cansancio. Lo último que quería era lidiar con su hermana.
—Si nuestros padres se enteran de que venís...
—¿Qué?, ¿me echarán de la casa?
Interrumpió Hayami con su voz despreocupada.
—Fue idea de ellos que yo me quedara en casa. Fácilmente, puedo rentarme un departamento sin problemas; además, ellos saben cómo soy, no tienen que decirme nada.
Continuó diciendo la chica.
—Bueno, es cierto lo que dices.
Hayami retomó la acción de entrar a su habitación y, al abrir la puerta, se encontró con varias cajas de mudanza. Caminó entre ellas hasta encontrar su cama, a la cual se dejó caer boca abajo y hundió su cabeza en el colchón.
—¿Dónde estuviste, "Yami"? Dijiste que irías a un club, pero estos no abren toda la noche, ¿o sí?
Preguntó Isabel, aún con un tono de reclamo.
—Me pillaste, hermana. Claro que no dormí en el club... Dormí en otro lugar.
—¿Estuviste con alguien? ¿Acaso con un hombre?
Hayami, que aún tenía la cabeza hundida en el colchón, apenas lo afirmó.
—Te he dicho que no hagas eso, es muy peligroso, puede ocurrirte algo, no sabes con qué tipo de personas puedes encontrarte.
—Nada me ha ocurrido; además, no es que lo haga todo el tiempo, tranquilízate.
—Bueno... Y entonces, ¿era bueno el hombre?
Hayami, que hasta ese momento aún continuaba con la cara hundida en el colchón, giró su cabeza, viendo a su hermana que estaba sentada sobre el colchón.
—Hermanita, no pensé que fueras tan pervertida, me sorprendes. Pues sí estuvo normal, nada del otro mundo.
Ella pensó que realmente había estado muy bien; lo que recordaba de esa noche había sido muy intenso, como si el hombre con quien estuvo hubiese pasado un largo tiempo sin estar con una mujer, al contrario de ella.
—Hermana, no hay solución contigo. Te dejaré dormir.
—Gracias, hermanita.
Isabel se levantó de la cama. Estaba yéndose cuando regresó al lado de Hayami nuevamente.
—"Yami", te recuerdo que hoy es mi cena con mi prometido.
Hayami se sentó sobre la cama.
—¿Sigues con esa tontería? No comprendo cómo te casarás si no lo amas; además, aún eres muy joven, recién has alcanzado la edad de 25 años.
—¡Hayami...!
Exclamó Isabel en forma de reclamo.
—No tienes que hacer lo que dice papá.
—Lo sé, pero debo asegurar mi futuro.
Hayami suspiró.
—Bueno, como sea, son cosas tuyas; no debería meterme en tus asuntos. Está bien, bajaré a cenar.
Respondió con fastidio.
—Ok, hermana, entonces te dejo dormir.
Isabel salió de la habitación; en cuanto lo hizo, Hayami se quitó los zapatos, puso en su celular la alarma para despertar y se acomodó en la cama, quedándose dormida rápidamente debido al cansancio y la ligera resaca.
Noah al fin se había despertado. Se presionó los ojos, miró a un costado de la cama dándose cuenta de que estaba solo. A los pocos segundos se levantó sobresaltado de la cama para comenzar a buscar sus pertenencias de valor al recordar que había pasado la noche con una desconocida. Al percatarse de que todas sus cosas estaban ahí, pensó en cómo había llegado a ese extremo, porque él no actuaba así, nunca se iría con alguien que no conociera, pero esa noche aquella mujer lo hipnotizó por la manera en la que se movía en medio de la pista. Su cabello largo y ondulado y el hermoso color de este, rojo como el fuego. Su mirada, esa que era tan desafiante y seductora, pero lo mejor eran sus labios rojos; eran los mejores besos que había probado en mucho tiempo. Esos labios eran tan ardientes, pero tan suaves. Ahuyentó esos pensamientos con un movimiento de cabeza, rápidamente observó su celular, percatándose de que eran las 7:00 de la mañana del lunes, así que debía darse prisa para ir a su departamento, a arreglarse para ir a la empresa familiar donde era el nuevo presidente.
Al tomar su camisa, la acercó a su nariz; rápidamente sintió la fragancia de dicha mujer. Era una muy dulce, a pesar de que esta estaba mezclada con el aroma del alcohol que sobresalía; pensó en que debía ser una fragancia cara. Al mover un poco su camisa, cayó al suelo un pendiente y al recogerla vio que era muy fina la pieza, ya que traía un diamante.
"¿Cómo una simple Stripe puede pagarse algo tan caro?"
Pensó, sin embargo, que no le dio más importancia al asunto. Se colocó su camisa y lo demás de su ropa; al salir de la habitación, apenas si saludó a las trabajadoras porque se sentía un poco avergonzado. Buscó su auto en el estacionamiento y, al subirse, se dirigió a su departamento a darse un buen baño para iniciar su día, que pintaba ser bueno.
ACTUALIDAD...Hayami disfrutaba de los brazos de Noah, sentir su calor era como una dulce adicción para ella, aún no entendía como podía amarlo de la manera en la que lo hacía, estaba consciente que de haberse ido en aquella ocasión quizás ambos continuarían con sus vidas superándose por qué así es la cruel vida, pero ese momento era una bendición por no ceder ante sus miedos por seguir lo que su corazón le decía sin importar el temor al futuro que estaba resultando ser hermoso.__ ¿Qué tanto piensa esa cabecita tan hermosa?Hayami sonrió.__ En lo cursi y lo pervertido que eres .__ han pasado varios años y aún no entiendes que no soy un pervertido.Él también sonrió. __ ¿Pero quién dijo que estuviera mal? La dulce sonrisa de Hayami se convirtió en una llena de deseo, algo que agradaba a Noah, él conocía perfectamente esa mirada porque era la misma que él tenía cuando desea perderse en los brazos de su esposa y no saber más nada del mundo.__¡vamos es hora de levantarnos! Es un poco
Hayami miraba fijamente los ojos tan bellos de Noah así como él también miraba los de ella, una hermosa sonrisa adornaba los labios de él.Él tomaba sus manos no podía dejar de admirarla, lucía tan bella con ese vestido blanco, este era corto la parte delantera llegaba un poco más arriba de su rodilla y la parte trasera era ligeramente más larga, la parte del busto era un corte de corazón las tiras pasaban por sus hombros el vestido cubría su espalda y un tierno moño en la parte trasera sobresalía, las zapatillas del color del vestido la hacían lucir alta su cabello solo estaba atado con una media cola tan simple pero tan bello__ Bueno, procedamos a la firma.Hayami sujetó la pluma y firmó con decisión, al terminar ofreció la pluma a Noah que igual que el
Hayami bajó sonriente de las escaleras se dirigió a la sala donde estaban sus padres tomando el té de la tarde.__ ¡Hija que hermosa te ves!Jazmín realizó el cumplido hacia su hija al contemplarla con un vestido de noche verde obscuro era sin ningún detalle brillante era un color liso el corte en "v" del pecho no era pronunciado y elentalle era en la cintura dejando la falta suelta, está llegaba hasta el suelo y tenía una abertura sobre su pierna izquierda, Hayami siempre había preferido vestidos de ese estilo que fuera un poco recatado, pero a la vez con sensualidad, sabía lo que un pequeño vistazo a una pierna podía provocar unas zapatillas negras adornaban sus pies.__ Gracias, mamá.__ Te ves muy bien hija.También alabó el padre de Hayami al admirar a su hija tan guapa, siempre que la miraba sentía un poco de nostalgia, ya que aquel cabello había sido heredado por su madre.__ Gracias papá.
La luz del sol sobre el rostro de Hayami hizo que se despertara, esto era debido a que el día anterior olvidó cerrar la cortina debido a la compañía con la que llego a casa, se sentó sobre la cama su desnudez era cubierta por una sabana, miró aún el reloj despertador tirado sobre el suelo esa mañana ya no sonó lo que le hizo entender a Hayami que definitivamente se había averiado, solo sonrió un poco por lo que su pereza había provocado, frotó ligeramente sus ojos, se estiró como era costumbre en ella, volteó a su lado y vio al hombre dormido en la cama inmediatamente miró su reloj que estaba sobre su muñeca era con lo único que había quedado la noche anterior este marcaba las 8:00 de la mañana, se recostó nuevamente observando al hombre que aún permanecía dormido, con su dedo índice tocó el pecho del chico en
3 años después ...Hayami abrió uno de sus ojos por el sonido proveniente del reloj que estaba en su mesa de noche era tan molesto el sonido que al no poder apagarlo por tener tanta pereza terminó tirándolo al suelo, el sonido finalmente se detuvo, se cubrió de pies a cabeza para tratar de continuar durmiendo, pero nuevamente el sonido del reloj comenzó a sonar, en esta ocasión un poco distorsionada por el golpe contra el suelo.__ Está bien, está bien ya despierto ¡Que fastidio!Al bajar sus pies de la cama se mantuvo sentada en esta y se estiró un poco, se frotó los ojos que sentía con mucha pesadez inmediatamente puso su mano sobre su cabeza, ya que un dolor en esta se hizo rápidamente notorio.Ella se levantó y se dirigió al baño a asearse, se cepilló los dientes aún con el cansancio presente, se lavó la cara para tratar de ahuyentar ese cansancio,Cuando finalmente salió del baño buscó su teléfono que se encontraba en su cama entre las s
Hayami se encontraba sentada en aquella cafetería donde una vez visitó con Noah, le traía recuerdos agradables una taza de café estaba frente a ella, llevaba dos días en Canadá, realmente no había ido a la empresa opto por tener las reuniones que necesitaba hacer por videollamada ya que una extraña sensación rondaba en ella, ni siquiera entendía que hacía en esa cafetería pensó que quizás porque era la última vez que la visitaría.Hayami miró su reloj vio que era algo tarde, tomó un poco de café.Noah sentía que la suerte estaba de su lado ese día, porque tenía frente a él a Hayamii los días anteriores la había buscado en varios lugares, incluso fue a la empresa, pero solo para enterarse de que ella no había llegado, buscó también en el hotel que ella siempre elegía para hospedarse siempre que viajaba ahí, el único lugar que quedada era ese lugar donde estuvo con ella, se sentía ridículo por haber ido a esa cafetería esos dos días y estar ahí casi todo el tiempo,
Último capítulo