Mateo: familia
Zaideth me llamó a eso de las ocho de la noche para informarme que se quedaría a dormir con su familia. No me pareció nada raro, de hecho, me tranquilizaba el que pasara tiempo por fuera de la cabaña, que se relacionara con su familia; sabía que no tenía la mejor relación con ellos, así que eso era algo bastante bueno.
En la mañana me preguntaba el cómo decirle que íbamos a tener una visita la otra semana. De hecho, me preguntaba el cómo le iba a decir que mi hermana debía vivir un tiempo conmigo, que lo necesitaba para que así no terminara quedando embarazada a sus quince años o viviendo en un reclusorio.
No soy el mejor si es de hablar de mi pasado o de mi familia: de hecho, no soy bueno hablando de mí.
Preparé el desayuno a eso de las siete de la mañana. Pero Zaideth no llegaba. Decidí limpiar un poco la co