-Mami, ¿Porque las mascotas están? ¿Además las maletas también? ¿Qué pasó mamá?-No podía engañar a Alan como un bebé, ya tenía once años, él sabía que era lo bueno y qué era lo malo.
-Hijo-Solté un suspiro-Nos vamos a cambiar de ciudad.
-¿Por qué mami?-Cuestionó con sus ojos muy abiertos.
-Hijo, me salió una propuesta laboral en otra ciudad.
-Pero mami, ¿entonces no vamos a ver más nunca a nuestra tía?-Alan se enfado.
Milena y Juan trataron de jugar con Alan pero él los ignoraba estaba realmente molesto.
-Si. Ella vendrá muy a menudo a nuestra nueva casa.
-Me parece bien, pero no será igual.
-Amor, no seas así-Empecé a conducir y Alan se colocó su cinturón de seguridad.
Ya hemos viajado media hora si no estoy mal, Anastasia me envió la dirección de cómo llegar hasta Bogotá, aunque íbamos a viajar horas, quiero decir muchas horas.
-¿Quien me cuidara allá? No quiero a alguien gruñón-Se cruzó de brazos y manifestó.
-No te preocupes, será alguien muy amable.
-Solo espero que no va