-Alan son las palabras exactas que esperé durante mucho tiempo.
-No te entiendo-Dijo Alan con cierta curiosidad. No sabía qué hacer, en ese momento estábamos con el tiro a la boca, o más bien al filo del cañón. Ya era tarde, de igual manera él se iba a dar cuenta, tarde o temprano.
-Yo soy tu verdadero padre-dijo Deivis con tranquilidad.
-¿Mi papá?. No pensé que él se enteraría de esa manera tan simple.
-Mamá eso es verdad lo que dice el amigo?. Asentí ya vencida, no iba hacer nada al respecto, el merece la verdad.
-Entonces tu eres mi papi-Ahora vamos a ver con que nos sale Alan.
-Si, soy tu papá-En el momento menos esperado Alan se lanzó contra los brazos de Deivis y lo abrazó.
-Papi, papi-Repetía una y otra vez. Solté un suspiro y mire para el cielo, ahora estoy perdiendo la batalla, de momento me empecé a sentir mareada, oh, qué es esto Dios mío. Me agarré de la señora Diana para no caer, ella pegó un grito y de inmediato llamó a Deivis.
-¡Señor!-Cerré mis ojos debido al mare