Sandro se encontraba de lejos mirando cómo Adal salía con la castaña que había conocido en ese bar. Necesitaba volver a tener al león en el ring y la única forma sería amenazando a Adal con contarle a la chica que, al parecer, no sabe nada del pasado de Adal.
-Consigan una cita con el CEO, tengo que visitar a un viejo amigo - ordena a sus hombres.
Alana se encontraba almorzando con Adal, ya que este le había invitado a comer algo.
-Hoy estás más hermosa que nunca -dice Adal tomando la mano de Alana y dejando un beso en ella.
-Gracias, tú estás muy guapo
-Sabes, me gusta mucho estar así contigo - Alana le causa ternura al ver a Adal así de entregado con ella. Se veía tan calmado que se sentía contenta por eso.
-A mí también, Adal -responde. En ese momento, el celular de Adal suena, sacándolos de su trance. Adal lo toma y ve que es su secretaria.
-Tania, ¿qué necesitas?
-Señor, disculpe por interrumpir su hora del almuerzo, pero me pidieron una cita con urgencia con usted, así que