Capítulo 168
El hombre la besaba un poco bruscamente, como si la castigara.

Sabrina intentó alejar a Francisco pero no lo consiguió.

De repente, Francisco empezó a besarle suavemente el cuello, la clavícula...

—Francisco. Tú...

Francisco la interrumpió con una voz sexy y ronca, —Sabrina. Cállate y bésame.

Y luego le apretó la cintura.

—¡Ah!

A Sabrina lo que más le asustaba era que le tocaran la cintura, y cuando él la pellizcó, Sabrina no pudo evitar sentirse débil por todas partes.

Francisco aprovechó la oportunidad para dominar sus labios una vez más.

Sabrina se lo tomó con pasividad. Sólo cuando vio que ella estaba casi sin aliento, Francisco finalmente la liberó.

Francisco acarició la cara de Sabrina y le dijo suavemente: —Sabrina. En realidad te gusto un poco, ¿no?

Sabrina se volvió en sí, —No.

—¡No mientas!

Sabrina se quejó en el corazón, y lo empujó.

—Francisco. Eres guapo y sobresaliente. No significa que me gustes por ello. Descansa. Me voy a mi habitación.

Sabrina salió inm
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