Punto de vista de John
Hoy se cumplían cuatro años desde aquella noche. Todos los meses desde hace dos años enviaba suficiente dinero de mi sueldo, a las personas que alguna vez habían sido mis padres. A los que vigilaba que estuvieran bien después de que me perdieron. Muchas veces intentaron averiguar quién les enviaba el dinero. Pero me encargaba de cubrir mis huellas, mis padres eran muy jóvenes cuando me tuvieron, lo que aún los hacía muy jóvenes, así que a los dos años de mi muerte decidieron adoptar a un par de niñas. La verdad lo lograron porque utilicé mis encantos. Y eso me dio la excusa para poder enviarles el dinero. La trabajadora social que encanté, les dijo que era él padre de las niñas y que por razones personales, debía mantenerme en anonimato y no podía tenerlas bajo mi custodia, pero quería brindarles ayuda económica todos los meses. Me alegraba saber que aunque no eran de sangre tenía dos hermanas, a las que siempre cuidaría desde lejos. También sabía que aunque ellas no llenaban el vacío que dejé en mis padres, al menos tenían dos buenas razones para levantarse todos los días e intentar ser felices. Y lo estaban logrando. Estaba en mi oficina, recordando como había cambiado mi vida. Y porqué seguía haciendo ésto, cuando entré en la policía hace tres años, estaba cumpliendo con mi misión de encontrar y ayudar a los que son como yo. Pero cuando destaqué mucho cómo patrullero, decidieron ascenderme pero también estaba sobre calificado para ser detective. Así que decidieron que fuera sargento lo que nunca fue parte de mi plan. Claro mi talento solo son mis habilidades de vampiro. Pero no aceptare otro ascenso, mientras más arriba esté más papeleo hare y tendré menos tiempo para cumplir mi objetivo. A pesar de que sigo patrullando las calles cada vez que puedo, no es tan fácil como antes. Además me quedan unos años antes de que se den cuenta de que no envejezco como ellos. El sonido del teléfono, me sacó de mis pensamientos. Ring... Ring... Ring... Ring... Ring... Dejó de sonar y a los pocos segundos sonó nuevamente. Ring... Ring... Ring… Ring... Ring... El teléfono seguía sonando y no quería contestar, pero de pronto mi instinto me dijo que debía hacerlo. —Sargento Black. —Señor hubo una llamada de un autobús escolar, detenido por un patrullero sospechoso que coincide con la descripción del sujeto que buscamos. Según la llamada está acosando a una de las chicas del autobús escolar. —Dile al novato que irá conmigo y dale la dirección. —dije colgando la llamada. No sabía la razón pero una corazonada me decía que debía atender ese llamado yo mismo. Salí de mi oficina sintiendo una extraña opresión en mi pecho sin corazón. Nunca había sentido algo igual en estos cuatro años. Pero había leído algo parecido, cuando buscaba información sobre lo que era ahora. Según recordaba es algo que los vampiros sentimos cuando nuestra alma gemela está en una situación difícil o en peligro. Lo curioso es que aún no había conocido a esa persona. Por supuesto e salido con otras vampiras, pero ninguna es mi alma gemela, según decía el libro la conexión es automática entre ambos. A menos que uno de los dos aún no haya atravesado el cambio