Saravi.
Abro mis ojos lentamente mientras trato de estirar mi cuerpo sintiendo la sensación incalculable del descanso, dando paso a que una sonrisa se deslice por mi rostro para que el buen ánimo se inserte en mi cuerpo y en mi mente.
Tenía mucho tiempo de no sentirme así.
Recuerdo los detalles de la noche, todos ellos, del cuerpo de Kalil y de sus manos pasando por el mío, entonces me estremezco de inmediato. Me corro hacía los lados tocando el espacio vacío restante de la cama, y una leve decepción se instala en mi sistema percibiendo que Kalil ya no se encuentra junto a mí.
Me levanto colocándome una bata encima y quitando el cabello desordenado de la cara. Necesito llamar a Nadia y salir lo más pronto de esta habitación.
Necesito encontrar a mi padre.
En unos minutos mi dama entra a la habitación sonriendo como siempre para ponerse a la disposición de lo que sea que le pida.
—Me alegr