Los tres en el automóvil quedaron aterrados por este repentino y alarmante incidente. Si no fuera por el cristal blindado, ¡Clara ya habría muerto!
—¡Ten cuidado!
La bala era perforante y incendiaria, no lo suficientemente potente como para atravesar el cristal, pero se incrustó en él como una araña, generando grietas concéntricas alrededor del punto de impacto.
Luego llegaron la segunda y la tercera bala.
Finalmente, el cristal no pudo soportar más y estalló con un fuerte estruendo. Ezequiel reaccionó rápidamente después de que la primera bala se incrustara en el cristal, rápidamente sacó a Clara de su asiento y se colocó encima de ella para protegerla.
Las balas siguieron llegando de manera continua, atravesando el automóvil de lado a lado.
Las puertas del auto sonaban como si alguien estuviera golpeándolas con fuerza.
Renzo mantuvo el control del vehículo y dijo: —¡Cuidado, jefe!
Ezequiel bajó la mirada hacia Clara debajo de él y pensó que una mujer como ella estaría extremadamente