Jacob.
La llevo directo a un carro, el cual cuando venía de camino me lo robe, soy muy astuto y con tal de llevar mis propósitos a su fin no hay nada difícil para mí; ella forcejea conmigo mientras que la llevó tomada del cabello, abrí la puerta y la empuje adentro, a propósito golpeó su cabeza contra el techo del auto, di la vuelta y subí.
De inmediato di marcha adelante, antes de que ese imbécil se atreviera a alcanzarnos, no me cabe la duda que ya se atrevieron a darle aviso a la policía, y por ello tendré que moverme muy rápido, lo bueno es que conozco muy bien por donde voy a ir, saque de la guantera una pistola y la coloque en el costado de la puerta, mientras que conducía como un demente ella solo me miraba y lloraba como una desesperada. Afortunadamente un par de amigos me cubrieron para poder sacar a la mujer de mi vida.
Por lo visto ella sabe que es lo que le espera, por haberme engañado, por fin había llegado mi buena suerte, y me iba a encargar de que esta vez no saliera