Capitulo 6.-

Estaba totalmente asombrada por lo que acababa de pasar saliendo de mis pensamientos al sentir el abrazo cálido de David; ocasionando que mi corazón latiera con rapidez. Al momento, se acercó Erika recordándome mi realidad para separarnos, sentarnos a partir el pastel y comerlo en compañía de varios de mis compañeros con mi jefa compartiendo un buen rato hasta que se tuvieron que despedir, la pareja.

—Esperamos la sigas pasando bien, y que sea un cumpleaños inolvidable para tí — Manifestó David brindándome una sonrisa cálida.

—Amiga te quiero — Susurró Erika mientras me abrazaba, sintiendo un escalofrío — ¿Nos vemos en la noche para seguir festejando? — Preguntó donde asentí, como niña pequeña.

—Debo trabajar mañana — Comenté recordando que no nos encontrábamos en fin de semana; dañándose el momento.

— Vale, te tengo una gran sorpresa — Murmuró Erika en mi oído, ocasionando que ganara mi curiosidad dónde terminé aceptado así fuera sólo un momento.

— Paso por tí sobre las siete de la noche, nos vemos — Dijo Erika despidiéndose enseguida de David observando como se alejaban lentamente. Decidí concentrarme en mi trabajo porque tenía varios asuntos que adelantar y cuando se iba acercando la hora de la salida mi jefa, me llamo a su oficina. 

—Siéntate Itziar, primero que todo feliz cumpleaños y ésto es para tí — Exclamó mientras extendía sus manos con una caja elegante adornada con dorado. 

— Muchas gracias Katy — Respondí con sorpresa y pena —, no debiste molestarte.

— No es molestia, somos amigas — Sentenció Katy brindándome una sonrisa sincera, donde murmuré nuevamente un gracias.

Decidí desatar el regalo sorprendiendome al ver una hermosa bufanda de Harry Potter totalmente original y de la casa Gryffindor mi favorita donde no podía de la emoción, colocándome de pie para abrazar con todas mis fuerzas a mi jefa mientras le agradecía.

— Te luciste totalmente con el regalo muchas gracias — Confesé con felicidad mientras me medía la bufanda.

— Ya puedes ir a disfrutar tu día, no tienes ningún asunto pendiente — Manifestó Katy brindándome la última sonrisa sincera donde decidí despedirme, para pasar a mi oficina por mis objetos personales e irme aprovechando su amabilidad.

Decidí irme hacia mi apartamento con una felicidad de oreja a oreja por el regalo de Katy además porque me había reconciliado con Erika y David ¿Qué más podía pedirle a la vida? Me encontraba tranquila mientras alimentaba a Luna; aunque tenía que ser sincera me tenía nostálgica saber que David volvía a mis pensamientos y con ellos mis sentimientos dónde realmente anhelaba tener el puesto de Erika, siendo su novia, tocándole y dándole un suave beso. Entre tanto pensamiento, se vinieron a mi interior, momentos específicos de mi pasado que habían logrado marcarme.

*Flash Back*

16 años atrás en Octubre del 2002 cuando me encontraba en mi salón de clases colocando atención hasta que entró la directora de curso quién, nos tenía una sorpresa venía una niña con cara de inocencia e inteligencia, a su lado presentándola como nuestra nueva compañera llamada Erika, no puedo negar que desde el inicio, me dió curiosidad dónde la saludé con una sonrisa y me presenté iniciando nuestra bella pero tormentosa amistad. Nunca pensé que a pesar de lo sóla que me sentía en el colegio, ella hubiera decidido juntarse conmigo, brindándome su amistad tanto así, que fuí a conocer a sus padres Doña Helena y Don Rafael en una comida familiar, dónde a medida que iba pasando el tiempo el cariño se iba haciendo más fuerte y especial siendo más fuerte que hasta lo que llegué a sentir por mis propios tíos.

*Fin del Flash Back*

*Flash Back*

Hace siete años en el cumpleaños de Erika, dónde cumplía sus quince años, como olvidar ese día donde casi no logro conseguir el permiso de mi casa para que mis tíos me dejaran asistir a su gran celebración, dónde se veía hermosa con su vestido color rojo como toda una princesa. Por mi lado, decidí llevarme un vestido suelto deportivo, debido a que no tenía cómo gastar en algo tan lujoso.

— ¿Vas a usar ese vestido tan simple? — Comentó mi amiga, causándome pena por mi forma de vestir, dónde asentí con la cabeza — No señorita, no lo voy a permitir así que ven porque te regalaré uno de mis vestidos.

—¿En serio Erika? — Pregunté sin creerlo, donde asintió con una bella sonrisa, para después abrir el armario donde escogimos uno bien lindo que combinara con mi tono de piel.

— Eres la mejor amiga, gracias por todo — Manifesté con pena mientras me miraba al espejo totalmente diferente en medio de ese vestido color morado con una abertura en la espalda, me veía cómo una princesa de verdad.

— Siempre seremos mejores amigas — Sentenció Erika mientras me abrazaba por la espalda, agradeciendo al cielo por haberla colocado en mi camino.

*Fin del Flash Back*

Salí de mis pensamientos cuando sentí que habían tocado a mi puerta, así que me dirigí hacia ella para darme cuenta que se trataba de Erika, como dicen por ahí estaba soñando con ella y la trajo a mi presente.

—Casi no me abres amiga, llevo rato tocando — Manifestó Erika entrando a mi casa, buscando a Luna —, Pero bueno, ¿Qué se te antoja hacer hoy en tu cumpleaños? — Preguntó mientras volteó a verme.

—Solo pasarlo juntas como en los viejos tiempos — Confesé siendo sincera, no había mejor regalo de cumpleaños que hubiéramos logrado arreglar nuestra amistad.

—Esta bien, pediré más helado, veremos una película, pero antes te he traído algo — Confesó Erika sorprendiéndome ¿de qué se trataría? Pero no debía aceptarlo.

—No te preocupes, no necesito nada más que tú compañía — Manifesté con seriedad, sentándome en el sofá.

—Itziar, no seas así es tu cumpleaños ¿me lo vas a despreciar, acaso? — Interrogó Erika mientras colocaba sus manos sobre la cintura, — Ábrelo, por favor.

Resignada acepté el regalo de sus manos, la cuál era una fina bolsa de regalo mediana; decidí sacar lo que se encontraba adentro sorprendiéndome al ver una hermosa y única chaqueta de Carolina Herrera ¡era de marca! Con solo verla, mis ojos se cristalizaron sin saber que decir.

— Aparte de mi regalo por tu cumpleaños es mi manera de disculparme por haber preferido un amor antes que una amistad sincera de años — Confesó Erika acercándome a mí, mientras me miraba con nostalgia. 

— Te quiero mejor amiga, quedas perdonada — Murmuré mientras nos dábamos un abrazo, dejando la bolsa de regalo sobre el sofá.

Seguimos platicando un rato hasta que llego el helado con pastel que había pedido mi amiga dónde nos lo comimos con gusto mientras veíamos la película “Luna escondida” la cuál era la favorita de ambas. A pesar de que discutíamos siempre, volvíamos a apoyarnos siendo una amistad sincera y pura dónde esperaba que durara mucho tiempo más. Hasta en las películas discutíamos a pesar de saber el final, porque ella apoyaba el real mientras que yo apoyaba el ficticio porque quería que se quedara con el galán de Estados Unidos. Al finalizar la película, Erika se quedó un rato más para irse y decidí dirigirme a la cama con Luna abandonándome en los sueños de Morfeo, había sido un grandioso cumpleaños.

Al siguiente día, me levanté muy temprano para realizar el paseo matutino con Luna como siempre. Sin embargo, cuando nos íbamos regresando hacia el apartamento escuché cómo alguien gritó mi nombre haciéndome voltear para abrir los ojos dándome cuenta de que se trataba de David, el novio de mi mejor amiga y él mismo que me gustaba desde el primer día.

—Itziar, ¿Cómo estás? Te presento a Lobo — Mencionó señalando a su perro que se encontraba a su lado, causándome ternura.

—Es hermoso, a mi Luna, tú ya la conoces — Dije señalándola dónde asintió con la cabeza.

—¿Cómo la terminaron de pasar ayer con Erika? — Preguntó David con interés, sorprendiéndome. 

—Bien, fué un lindo cumpleaños viendo películas, comiendo pastel y helado ¿Tú que hiciste? — Cuestioné mientras me mordía el labio, hubiera sido lindo que estuviera con nosotras.  

— Bien, me acosté a dormir — Manifestó cortante mientras sentí su mirada sobre mis labios —, ¿Quieren dar un paseo con nosotros? — Propuso con voz inocente, dónde sonreí para asentir, aunque recordé a Erika —, No te preocupes por Erika; hemos hablado de esto con ella y está de acuerdo.

—Menos mal, me preocupaba tener problemas nuevamente con ella — Confesé mirando sus carnosos labios, ¿Cómo hacía para controlar mis sentimientos estando a su lado?

— Te he extrañado, Itziar — Manifestó David sorprendiéndome mientras sentí una corriente eléctrica por todo mi ser.

— También te he extrañado al igual que a Erika, por eso mismo caminemos — Dije evitando su mirada, esperaba no haberme sonrojado.

— ¿Cómo ha estado tu semana? — Preguntó mientras iniciábamos a caminar juntos en compañía de los dos perritos.

—He estado ocupada con mi trabajo, de resto igual las salidas con Luna, mi departamento y así ¿Tu que has hecho? Nunca supe a que te dedicabas realmente — Interrogué con interés sería ¿doctor? ¿abogado? ¿ingeniero? ¿famoso?

—Soy veterinario, para cuando se te ofrezca algo para Luna estoy a tu total disposición además de eso te daré una tarjeta de mi clínica — Comentó David, sorprendiéndome porque no me lo imagine por ese lado.

— Eres muy amable, ¿Cómo vas con Erika? — Pregunté con interés, aunque me gustaba, sabía que mi mejor amiga me había ganado la batalla.

— Estamos dándonos una ultima oportunidad yendo a terapia de pareja por que es una persona muy impulsiva y celosa — Confesó David mientras encogía sus hombros, ocasionando que volviera a morderme los labios.

— Sí es verdad, ella es así, pero es mi mejor amiga — Sentencie con orgullo, mientras caminaba más alegremente.

— Tú eres cómo su hermana, a pesar de ser distintas cada una necesita a la otra — Confeso con alegría, donde me contagie de ella asintiendo a su comentario. 

— Espero que lo de ustedes dos mejore, hemos terminado con la caminata — Manifesté mientras llegábamos a la puerta principal de nuestro edificio.

— Espero verte pronto — Susurró David acercándose lentamente a mí, para darme un beso en la mejilla, donde cerré los ojos cómo si estuviera tocando el cielo.

Cada uno se dirigió hacia su departamento, dónde le quité la cadena a Luna para ir a darme un baño, terminé desayunando un vaso de yogurt con galletas a toda velocidad, dejé en el plato la alimentación de Luna y salí corriendo a toda velocidad como siempre para irme a mi trabajo; sólo que ésta vez, la vida misma me lo estaba cobrando porque por ir a tanta velocidad no observé cuándo el camión que me llevaba se había ido; así que me dispuse a correr nuevamente y terminé chocando con un jóven cayendo al suelo mientras mis mejillas se sonrojaban.

—¡Dios mío!, lo lamento tanto — Dije mirando hacia el suelo con pena, cuándo observé su mano que me la había brindado para colocarme de pie.

—Tranquila tomaré esto como una bonita casualidad del destino — Manifestó aquel jóven que me cautivó con su mirada color miel, su tez blanca y su cabello mono con esa cara de inocencia y ternura que traía, mientras me colocaba de pie.

—Nuevamente discúlpame, voy tarde al trabajo — Dije recordando, dónde si no me apuraba iba a terminar con una carta de despido en una mano y la liquidación en la otra.

—No pasa nada, un gusto soy Luis Miguel — Comentó brindándome una sonrisa, hermosa e implacablemente blanca.

—Un gusto, Itziar — Afirmé brindándole una sonrisa de oreja a oreja, mientras me intimidaban sus ojos.

—Tal vez, te parecerá atrevido de mi parte, pero quiero verte de nuevo ¿me regalas tu número? — Preguntó con interés, donde internamente quería dárselo, pero quería ser difícil así que le negué con la cabeza — ¿Cómo hago entonces para volver a verte? — Pregunto con desilusión.

—Déjaselo al destino — Dije despidiéndome con mi mano para seguir corriendo cómo loca hacia la oficina, dónde me estaba esperando un cliente al cuál atendí y logré concluir el trabajo. Mi día realmente fue demasiado agitado pasando el tiempo rápido debido a la acumulación de trabajo que tenía, cuándo al fin salí del trabajo me sorprendió un flamante Mercedes rojo afuera de la oficina donde Erika se encontraba a su lado. 

—Itziar estoy super mal — Manifestó mientras lloraba, abrazándome con fuerza esperando a que me dijera que sucedía — David y yo tuvimos una pelea muy fuerte hace un momento.

—¿Por qué? ¿Qué sucedió? — Pregunté sin entender, mientras mi corazón latía fuerte.

— Porque contrató a una estúpida mujer en la veterinaria donde ví sus intenciones más intimas con mi novio y no lo iba a permitir — Confesó Erika mientras la cacheteaba internamente —, Le reclamé, le grité y David me sacó a la calle dónde seguimos discutiendo todo, quedando fatal porque me dijo que yo era la culpable de que nuestra relación no funcionara y me dijo que no sabía si seguir intentándolo conmigo o no.

— Lo siento, amiga — Dije sin saber que solución darle, porque en parte era verdad.

— Por favor, habla con él ayúdame porque si él me termina me muero — Suplicó mi amiga entre mis brazos, encogiendo mi corazón dónde termine asintiendo brindándole mi ayuda —¸por favor tranquilízate.

— Vamos a tú apartamento amiga, no quiero ir a mi casa — Manifestó Erika mientras hacía pucheros, dónde terminé aceptando y nos fuimos juntas a mi casa en su vehículo, dónde lo estacionamos y subimos para después hacer un té para Erika mientras seguía llorando en el sillón, después iniciamos a platicar nuevamente.

— Por favor dile a David que lo amo, que me perdone y que sin él me muero — Susurró Erika cogiendo el té con sus manos.

— Te ayudaré, pero debes prometerme algo — Manifesté con seriedad, dónde se quedó viéndome —, Si David te da otra oportunidad, debes dominar tus celos — Dije donde Erika asintió con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Irás a verlo, ahorita? — Propuso Erika, donde no me quedo más remedio que suspirar y asentir. Decidí colocarme de pie, para salir de mi departamento con miedo y pánico intentando tocar la puerta de su departamento, el 7-B.

Diosa del Amor

Gracias por leerme hasta aquí!!! Por favor ayúdenme comentando mi historia para así, poder mejorar cómo escritora.

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