Capitulo 4.-

No mentiría si dijera que tanto Erika como yo habíamos quedado atontadas sin poder articular ni una sola palabra, hasta que decidió tomar la iniciativa mi amiga.

—Hola guapo, yo te conozco de la cafetería de la otra noche ¿puedo saber quiénes son tus padres? — Cuestiono Erika acercándose peligrosamente a David, causando pena en mí.

—Hola, claro que sí — Dijo mirándome a mí — Son Diana Alatorre y Alfonso Vázquez.

—¿Eres el hijo de Diana y Alfonso? ¡no lo puedo creer! — Exclamo Erika tapándose la boca de la impresión — Ellos y mis padres son íntimos amigos, ¿Cómo es que no nos conocíamos antes? Si había escuchado hablar de su hijo, pero nunca imaginé que pudieras ser tú, sigue por favor estás en tu casa — Comentó Erika con formalidad, dándole paso en medio de una sonrisa seductora.

— Con permiso, por favor ¿Dónde se encuentran mis padres? — Interrogó mirando a su alrededor.

—Yo te llevo con ellos, no te preocupes — Propuso mi amiga, llendose con él invitado dejándome sola mientras los veía alejarse. No sabía que sentía, pero me fuí a buscar a Sergio para no encontrarme sola dónde le pedí que se fuera conmigo, de forma urgente donde se preocupó preguntándome que había sucedido, pero ¿Cómo le explicaba?, ¿Cómo le explicaba que me sentí incomoda al ver a mi mejor amiga al lado de mi cliente desconocido?, sentí una mezcla de sentimientos extraños para mí.

— Dime que sucedió ¿Por qué nos iremos así sin despedirnos? — Cuestionó Sergio colocando sus manos sobre su cintura, esperando una respuesta.

— Vámonos por favor, mejor dicho, me iré sola no puedo estar más aquí — Sentencie decidida a irme sola, pero Sergio me cogió del brazo mirándome directamente a los ojos — En el camino te explico ¿sí? — Dije donde Serio asintió, llendose conmigo sin que se dieran cuenta los demás; igual Erika estaba muy ocupada con David que no se daría cuenta de mi ausencia.

Subimos al auto de Sergio; dónde a medio camino inicio a interrogarme con qué estaba sucediendo, no sabía cómo explicarle, pero no iba a dejar de insistir, así que me atreví a hablar.

—Es que sucedió algo entre Erika y él… — Susurré sintiendo ese vacío en el corazón nuevamente, mientras me acercaba la mano al pecho.

— ¿Con quién? — Preguntó con confusión no entendía a qué me estaba refiriendo.

— ¿Te acuerdas de lo del departamento 7B? — Pregunté dónde Sergio asintió —, Lo ví en éstos días, fuimos a ver muebles y todo sólo que él cliente desconocido llegó a la casa de Erika, siendo uno de los hijos de los amigos de los padres de Erika y no quiero problemas.

—¿Por qué tendrías problemas? No entiendo — Cuestionó Serio, adivinando que había gato encerrado en la versión.

— Es que él me gusta — Confesé sorprendiéndome a mí misma, había iniciado a aclarar mis sentimientos — Me gusta más de lo pensado, me gusta cómo nunca me ha gustado un hombre.

— ¿Por qué sales huyendo como una delincuente en vez de tratarlo fuera de la relación profesional? — Preguntó Sergio sin verle sentido a mi huída, hasta que escuchó mi confesión encajando el rompecabezas.

— Porque a Erika también le gusta — Confesé sintiendo como mi corazón se partía, no podía pelear con mi amiga por un hombre o ¿sí?

— Cómo que le gusta ¿no lo conoció hoy, acaso? — Cuestionó Sergio intentando mirarme sin perder la vista del volante.

— No, nosotras lo conocemos de antes dónde Erika se volvió loca por él. No sabíamos que era mi cliente misterioso por eso preferí irme — Manifesté con pena, por haberlo arrastrado a esta situación.

— Hiciste mal, si a tí también te interesa debes dejar que el decida además Erika tiene novio — Manifestó Sergio con molestia, al ver mi reacción.

— Primero que todo no sabemos sí  ella sigue con él, la última información es que habían terminado — Manifesté subiendo mi mano para aclarar todo — Segundo es mi mejor amiga, no puedo sacrificar una amistad de tanto tiempo por un amor incierto.

— Erika es una berrinchuda, loca, aunque muy guapa — Manifestó Sergio perdiéndose en sus pensamientos, dónde casi chocamos.

— Lo sé, por eso no tendría oportunidad a su lado ¡mírame! — Exclamé con vergüenza, era muy simple al lado de ella. 

— Eres preciosa también, no deberías dejar que una amistad sacrifique tu felicidad — Aconsejó Sergio brindándome una sonrisa tierna.

— Olvídalo, solo terminaré mi trabajo con él manteniendo mi distancia, somos vecinos, pero no sucederá nada más — Sentencie intentando mostrar seguridad mientras mi corazón latía fuertemente.

— Eso dices tú, pero no el destino — Afirmó Sergio, dónde decidimos quedarnos callados el resto del camino.

Nos despedimos dirigiéndonos cada uno a nuestro apartamento, dónde llegue prendiendo la luz para quitarme la ropa que traía puesta; había decidido llevar un vestido color rosa, liso en forma semicircular, sin adornos ni nada siendo muy simple a diferencia de Erika que tenía uno de diseñador dónde a ella le quedaba todo bien realmente, hasta una bolsa de b****a. Me ví nuevamente al espejo, despreciando mi cuerpo por no ser cómo ella, por no ser morena, con mucho busto y millonaria como ella, odiándome internamente mientras salían lágrimas de mis ojos por la impotencia.

Decidí sacudir mi cabeza no debía pensar tanta tontería, así que decidí que lo primero que debía hacer era volver a hacer ejercicio; decidí colocarme mi ropa deportiva para irme a correr por la fría noche al lado de Luna; mi amiga incondicional. Dejé mi celular en la casa evitando distraerme, cuando llegué lo revise dándome cuenta que tenía un mensaje de W******p de Erika donde no sabía si verlo o no, hasta que me decidí siendo un error.

<< Itziar eres la peor amiga de todas, si supieras quien está conmigo en la fiesta de mis padres>>

<< Lamento no poder acompañarte, me sentí mal, siento un dolor de estómago y por eso me fuí>>

<< No te preocupes, hoy anotaré un gol porque David, está acá conmigo ¿Cómo me veía con mi vestido? ¿crees que le guste? >>

<< Muy guapa, cómo siempre amiga ¿Qué sucedió con tu novio?>>

<<Es una historia larga, me esta rogando que volvamos, pero creo que lo despachare definitivamente, me interesa éste nuevo hombre>>

<<Te entiendo, buena suerte>>

Erika no respondió más, donde le agradecí porque me dolía cada palabra que le iba diciendo. Me dolía pensar que él, se encontraba con ella, hasta me los imaginé besándose, pero no creía que sucediera tan pronto además era verdad lo que Sergio decía ella era una mujer muy caprichosa, consentida, acostumbrada a que todo sea como diga, hija única, dónde nunca la habían reprimido. Mientras que yo, no conocí nunca a mis padres biológicos debido a que murieron cuando era pequeña teniendo que vivir con un tío y su esposa, mis primos me odiaban teniendo celos de mi dónde tuve que aguantar muchas situaciones hasta que fuí mayor de edad, alejándome de ellos, independizarme y adoptar a mi hermosa Luna para que me hiciera compañía.

Recuerdo que la adopté de bebé y éstos 5 meses ha venido siendo lo mejor para mí, además Erika siempre había sido mi única y mejor amiga donde no podía quitarle el protagonismo, al menos eso creo. Decidí dejar de imaginar, llendo a cenar con Luna en la sala mientras veía televisión hasta que me dio sueño para abandonarme en los sueños de Morfeo con mi almohada favorita.

Había pasado dos semanas desde ese acontecimiento dónde evité ver a Erika a la cara ignorando sus múltiples mensajes de quererme contar cosas, no sabía que había sucedido con David o con su flamante novio, pero era mejor, así no me hacía tanto daño. El tiempo era justo para entregarle a David su apartamento amueblado y decorado dónde estaba alegre de saber que David no me relacionó con él ante Erika, si no ya la habría tenido aquí dándome un sermón por no contarle que era él, mi cliente misterioso y mi futuro vecino.

Hoy era viernes, el día dónde entregaría por fin el apartamento donde decidí citarlo a las cinco de la tarde con la intención de que mi jefa Katy me acompañara. Sin embargo, tuve la mala suerte, que no logro hacerlo teniendo que verme a solas con él. Dónde llegamos ambos muy puntuales al sitio, me quedé mirándolo directamente a los ojos antes de hablar.

—Buenas tardes David, a pesar de haber trabajado contra reloj, espero que le guste el resultado final teniendo en cuenta todas sus observaciones — Manifesté con profesionalismo seria, dónde me miraba extrañado —, Espero que sí tiene alguna incomodidad me la manifieste con confianza para realizar los cambios necesarios.

— Está bien, gracias por su dedicación — Dijo brindándome una sonrisa, de esas que me derretían y hacían doler mi corazón por ilusionarme con alguien imposible.

—¿Listo para entrar? — Pregunté evitando mi corazón, donde asintió para que entráramos al apartamento. Observé como David se encontraba callado mirando cada detalle del espacio, hasta que decidió hablar calmando mi tensión.

—Es justo lo que esperaba, está increíble — Manifestó volteando a verme conectando sus ojos con los míos —, No me equivoqué contigo, definitivamente tienes un gran talento.

—Es un gusto, ¿no quieres cambiarle nada? — Pregunté nuevamente, era mejor confirmar antes de recibir un regaño de mi jefa, donde negó con la cabeza.

—Siéntate y espérame, debo ir por algo al auto — Dijo sorprendiéndome, dónde resignada acepté, igual era el último día que íbamos a compartir profesionalmente.

Ví como David salió del apartamento demorándose unos minutos, llegó con una botella de champagne para brindar con dos copas; dónde me sorprendí colocándome de pie.

—Perdona Itziar espero no te molesté, pero quise hacer un pequeño brindis contigo — Confesó mirándome dónde negué con la cabeza, debía intentarlo así que decidí sentarme de nuevo mientras él destapaba la botella y el tapón voló por los aires haciéndonos reír a carcajadas.

—Dicen que eso es de buena suerte —Murmuro mientras me guiñaba el ojo y sacaba la lengua hacia un lado; donde sirvió el champagne dándome una copa.

—Salud por tí y por tu excelente trabajo además no quedará sólo acá, porque seremos vecinos — Sentenció David con alegría, dónde sentí un dolor en mi corazón era verdad.

—Salud porque serás muy feliz con tu apartamento, aquí se transmite la tranquilidad — Manifesté con sinceridad, por eso amaba éstos apartamentos.

—Es bueno, quería mi espacio sólo para poder independizarme ¿Hace cuanto saliste de tu casa? — Cuestionó David, haciendo que recordara a mis padres.

—Desde los seis años, debido a que mis padres fallecieron y tuve que vivir con un tío hasta los dieciocho años, pero aquí me tienes cuidándome sola — Confesé con seriedad, donde se sintió incómodo sabía que había dolido la pregunta.

—No quise que te pusieras triste, perdóname Itziar — Manifestó David donde negué con la cabeza — , Tu novio debe estar orgulloso de tí.

— Cuándo lo tenga, le preguntaré y te contaré — Dije con una sonrisa sarcástica —, soy alguien muy solitaria y aburrida realmente.

—No digas eso, yo tampoco soy una persona social. Nos iremos conociendo poco a poco — Afirmó David chocando su copa con la mía.

Seguimos un buen rato entre copas y charlas, cuando decidí que era hora de volver a mi hogar me fuí a levantar, pero caí al sofá de nuevo al sentir un leve mareo, no había tomado ninguna champagne y la vida me estaba cobrando dónde por terca decidí colocarme de pie de nuevo, pero fallé, cayendo en los brazos de David mirándonos directamente a los ojos sintiendo su respiración, el brillo de sus ojos y lo carnoso que eran sus labios.

—¿Estás bien? — Preguntó sacándome de mis pensamientos, recomponiendo mi postura.

— Sí no te preocupes, casi nunca bebo por eso creo que se me subió — Manifesté con pena, mientras me sonrojaba quería besarlo.

—¿Quieres recostarte? — Preguntó dónde no sabía que responder estaba en un apartamento extraño —, Te llevaré a tu apartamento no te preocupes — Dijo donde terminé asintiendo de ir con su ayuda. Abrió la puerta del apartamento, pero volví a marearme ocasionando que me cargara llevándome a su cama. 

—Gracias no es necesario, que pena contigo — Manifesté con vergüenza; además sentía muchas ganas de dormir.

—No está bien, no te preocupes sólo duerme un rato en ella y después te vas a tu apartamento ¿estás de acuerdo? — Preguntó con inocencia, donde asentí recostándome de lado cerrando los ojos, para dormir en una cama cómoda y calientita.

Cuando desperté estaba muy oscuro, no sabía qué hora era sólo sabía que a mi lado no estaba. Así que, me levanté rápidamente donde el apareció con un café en sus manos.

— Me voy ¿Qué sucedió? — Pregunté con pena, no era la mejor impresión que podía darle, dónde me brindo el café.

— Lo traje para ti ¿Cómo sigues? — Murmuro acercándose lentamente, donde recibí el café sintiendo el roce de sus manos.

—Mejor, con algo de dolor de cabeza — Dije con vergüenza mientras me daba una aspirina con el café agradeciéndole por su buena atención conmigo. Decidí colocarme de pie para dirigirme a mi departamento, donde David me seguía el paso hasta la puerta.

—Me iré, gracias por todo — Dije sin voltear a verlo, tenía vergüenza extrema.

—¿Puedes sola o quieres que te acompañe? — Preguntó acercándose donde cerré los ojos al sentir su voz masculina.

—Puedo sola no te preocupes, gracias — Dije con cautelosa, mientras David me abría la puerta para conectar nuestras miradas una última vez; antes de irme. Sin embargo, me sorprendió cuando me dio un fuerte abrazo y me susurró al oído con agradecimiento por todo, dónde nos quedamos ahí sintiendo su calor y no queriendo separarme nunca más de su lado, pero una voz conocida y con molestia gritó mi nombre con rabia, no podía ser.

—Itziar ¿se puede saber qué haces con mi novio? — Preguntó esa voz, ocasionando que nos separáramos para ver a esa persona, dónde resultó ser Erika, pero esperen ¿Novio? ¿Acaso ella no tenía otro novio? No entendía nada realmente.

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