Narra Carolina
Era un día normal en mi estudio fotográfico, estaba imprimiendo unas fotos que iba a entregar hoy por la tarde, cuando llegó a mi estudio una de mis mejores clientas y se podía considerar también ya por el tiempo que lleva contratándome, una gran amiga también, la señorita Mariela Solórzano.
- Hola Caro – me dijo Mariela, haciéndome una señal para que le abriera la puerta.
- Adelante Mariela, pasa – le dije abriéndole la puerta para que entrara a mi estudio.- Gracias Caro, tengo una gran emergencia y espero que puedas salvarme – me dijo Mariela desesperada.- Dime Mariela, ¿Qué pasa?, si puedo ayudarte sabes que lo haré con todo gusto.- Caro, es que me caso el sábado y el fotógrafo que contrataron mis padres, no podrá ir y eso para mí ha sido la mejor noticia, pues yo quiero que tú me hagas mis fotos de boda y mi sesión saliendo del templo, así como todo lo de la fiesta. Dime Caro, por favor que no estás ocupada el sábado.