No era nada fácil, quien no tenía vocación por la medicina no lo soportaría. Hoy fue un día de los mil demonios. Trabajar en una choza con las uñas, gracias a Dios el parto salió bien. Me dijeron que estaríamos tres semanas más en dicho resguardo en la frontera de Argentina con Brasil, luego nos trasladaríamos unas horas en la civilización y después nos vamos a otro un resguardo indígena en Brasil.
Mañana voy a desparasitar a veinte niños, debía ir poco a poco, si les daba una dosis completa podía matarlos. Me acosté en la hamaca, cuando llegué fui objeto de los sancudos y se ensañaron conmigo, por eso me entregaron un toldo y gracias a ello podía dormir un poco más tranquilo, encerré mi lugar de descanso.
¿Cómo estarán todos? Si mis cálculos no fallan, Dylan ya debe de viajar mañana a las Islas esas. Saqué la foto de Cecilia que mantengo conmigo, con la linterna de mano iluminé su imagen. ¿Qué estarás haciendo amor? No tenía idea porque seguía aferrado a que me perdones.
—Hola, Lucas