Fiorella
—No lo puedo creer —dije emocionada hasta las lágrimas, era un sueño hecho realidad, me había casado con Lautaro, pero esto era diferente, amaba con mi vida entera a Dante y su propuesta calo profundo dentro de mi corazón.
—Solo di que si —me dice él con su cara de preocupación y me rio de lo nerviosa que estaba.
—¡Claro que sí! —me abrazo con fuerza y luego me soltó para colocarme el anillo, mis lágrimas no tardaron en llegar mojando mis mejillas por completo.
—Acabas de hacerme el hombre más feliz del mundo —me dijo y lo besé al instante.
—Tú haces que yo sea feliz, creí que te había perdido, aunque muy adentro mío tenía la esperanza de volverte a ver y aquí estás.
—Nunca me fui, siempre estuve, sé que pareció lo contrario, pero hay algo que debes saber.
—¿Qué paso?
—No fue como tú pensaste —me suelto de él y hago dos pasos para atrás, ya que choque con la pared.
—¡De que hablas!
—Por favor, solo escúchame —se acercó hasta mí y tomo de nuevo mis manos.
—¡Dante! No hagas que