Velkan tenía que encargarse de muchas cosas para que sus dominios y la de los demás ancianos estuvieran en paz. Vlad iba a tener que pagar por el crimen que cometió, aunque este no lo hiciera directamente.

Sin embargo, no era un asunto tan fácil de resolver.

—Velkan —escucha la voz de Morgan en la bruma que lo obliga a mirar hacia todos lados —. Si terminas con la vida de esa bestia, su especie se extinguirá de inmediato, todos regresaran a su forma humana y no recordaran nada de lo que hicieron en su estado animal.

—¿Y que pasara con ella? ¿puedo salvar su vida? —no obtiene respuesta, a su vez la neblina va desapareciendo —. Dime, ¿la puedo salvar?

—Para ella es demasiado tarde, sin embargo, ¿Quién ha dicho que ella desea ser salvada?

Velkan frunce el ceño, no estaba entendiendo, si estaba detrás de Morgan era para que pudiera quietarle el hechizo que ha tenido por tantos años.

—Ella solo desea que la liberen de esa condena que su propio príncipe la obliga a estar, solo quiere ser li