Llegamos a otra cabaña un poco más grande que en la que nos quedamos, Rusel abre la puerta de un fuerte portazo de forma alegre y entra con plena confianza.
—¡Ya llegué y traje a los invitados! — Grita a todo pulmón. —¡Vamos a desayunar!
Entramos a la casa y vemos que hay una enorme mesa, en ella se encuentran tres jóvenes de nuestra edad y tres pequeños, una mujer ligeramente robusta, entre sus brazos trae una charola con bastante comida, uno de los jóvenes se acerca a ayudarla.
—¡Es mi familia! — Exclama entusiasmado. —Mi esposa, Naila, mis trillizos, Kendar, Dorian y Johan, mis oseznos, Lili, Trona y Joy— Nos voltea a ver y nos invita a tomar asiento. —Vengan cachorros, siéntense a mi lado.
Miro de reojo a Reese y él toma asiento a lado de Rusel, no estoy muy segura de tomar asiento, pero me termino sentando a lado de mi esposo, no me siento muy cómoda estando entre tantos desconocidos.
La mujer y uno de los chicos sirven la comida, miro a todos los presentes con nerviosismo y