Capitulo 11. Ofendido
Bajo a desayunar Flavio está sentado ya en la mesa, lo miro de reojo y no puedo evitar sonrojarme al recordar los besos de anoche.
— Buenos días señor— el frunce el ceño y rectifico.
— Buenos días Flavio—
Ahora sí me sonríe, me siento y comienzo a desayunar, miro mi brazo vendado suelto un suspiro, al menos lo tengo! Ojalá y el dolor cese pronto y pueda volver a utilizarlo.
Flavio termina su desayuno y sale hacia su despacho, supongo que tendrá mucho trabajo si ha estado durante una semana cuidándome tendrá mucho atrasado. Salgo al jardín con mi dama de compañía,
— Marie tu sabes dónde tenemos la hombría?—
A ella le da la tos y por nada se ahoga.
— Señora que preguntas tiene! Las mujeres no tenemos hombría eso solo lo tienen los varones...—
— Y donde está? Y qué es? Para que sirve?— lleno de preguntas a Marie.
— Señora creo que eso será mejor que se lo explique su esposo...—
Insisto un poco más pero ella no parece dispuesta a resolver mis dudas, es una pena que nadie me halla ex