El tipo, el maldito, me mira confundido, como si pensara que estoy bromeando. Pues no, no estoy bromeando. Lo que estoy sintiendo ahora es algo mucho peor que ira. Es una rabia ciega. No sé por qué, pero me molesta todo.
—Artem, por favor... —Kukla me aprieta la mano, tratando de calmarme—. No es