Al terminar, Irina fue a pagar la cuenta.
Ninguna de las dos había tocado mucho los cubiertos, dejando gran parte de la comida intacta. Mientras estas dos madres se encontraban preocupadas, cada una con sus propias inquietudes, por otro lado Jorge y Daniel habían tenido éxito en sus compras —uno consiguió un traje y el otro par de zapatos— quedando ambos satisfechos.
—Hay una tienda de té con leche más adelante, ¿quieres tomar algo? —preguntó Jorge.
—Esa pastelería es muy famosa... —comentó Daniel.
Ambos hablaron casi simultáneamente, intercambiando miradas donde fluían corrientes ocultas.
—Lucía, ¿vamos juntos a comprar? —propuso Jorge.
—¿Quieres entrar a ver? —sugirió Daniel.
Los dos hombres la miraban expectantes.
Lucía los observó sorprendida. ¡Otra vez lo mismo!
—¿Y si hacemos esto? Ustedes van a comprar y yo voy al baño —sugirió.
Jorge asintió: —De acuerdo —luego miró a Daniel—. Supongo que al profesor no le gustará el té con leche, ¿verdad?
—Si lo invita el señor Fernández, no m