La Perdición.

—¿Donde vamos? —Me solté de su agarre.

—A enseñarte que esto no es un juego —fruncí el ceño y bufé.

No hablamos más durante todo el camino. Lo más difícil de todo eso era subir la montaña. No sabía a qué lugar íbamos exactamente o que iba a ver.

Los nervios comenzaban a subir por mi cuerpo a medida que íbamos subiendo la montaña.

Frené en seco al ver un par de zapatillas.

—No te frenes, sigue andando —miré hacia donde él estaba.

Seguí caminando. Pero con cada paso que daba más quería volver a mi casa.

Había prendas de personas tiradas por el suelo, y, en n olor espantoso venía de alguna parte de la montaña.

—Muda, corre —echamos a correr.

Había un hombre merodeando por toda

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo