Su celular había sonado hace cinco minutos de nuevo, pero no contesto, no tenía ganas, estaba demasiado enfadada para hacerlo. Los pies le dolían así que se quitó los zapatos altos y camino descalza por la calle, no había traído dinero para un taxi, pero tampoco tenía ganas de tomarlo y llegar a esa fría casa, quería caminar de bajo de la noche… olvidarse de todo y de la vergüenza de esa noche, de todos modos, para lo que le improbaría a él su vergüenza.
Vio las oscuras calles iluminadas por la tenue luz que daba la luna, que extraño, se sentía tan vacía, tenía dinero, una casa, un esposo atractivo y rico, pero…no tenía amor. Su familia estaba muerta y…nadie la apreciaba lo suficiente, ahora mismo Dante debería estar en el salón, hablando con sus importantes invitados sin notar su ausencia… &ie