Su hermano estaba tan raro que apenas lo reconocía, cuando llegaron al hospital estaba tan extraño que se preguntó si todo estaba bien y cuando abrazo a su madre tan efusivamente pensó que había perdido la chaveta, pero poco a poco el frió y sereno Dante regreso, con trabajo podía ver, su hermano luchaba para no verse como un vil mortal, lo notaba en cada movimiento y cuando dio a dar un paseo por el hospital y lo encontró ahí sentado en la capilla del hospital supo que algo había sucedido.
Se sentó a su lado sin decir nada.
—Casi la pierdo – dijo su hermano con el rostro entre sus manos – casi la pierdo y no podía hacer nada, nada más de pensarlo…
—Hermano…
—Pero ya no más, la recuperaré, esta decidido.
—Nunca lo pensé