Alisson Smith
Recuerdos de Renata
Cuando me hizo una promesa que sonó a música para mis cansados oídos: la oportunidad de hacer carrera como modelo. Y para agravar aún más mi angustia, el dinero que me entregó en aquel momento crítico era la clave para resolver una de las mayores preocupaciones de mi vida: el retraso en el pago de la matrícula escolar de mi hijo. Si no pagaba, la directora dejaría de aceptarlo.
Tras una noche de lágrimas y desahogos, aquel hombre, Paulo, había sido enviado por los ángeles para ayudarme. A la mañana siguiente, con aquella cantidad, apenas podía creer cómo aquella suma, que parecía tan inalcanzable, había llegado milagrosamente a mis manos. Fui a la escuela y pagué la matrícula.
"¿De dónde has sacado ese dinero, Renata?", me preguntó la directora.
"Conseguí un nuevo trabajo. Y ahora las cuotas están pagadas, ¿no?".
Trabajé sin descanso todo el día, sabiendo que había acordado con la chica que cuidaba de mi hijo que no volvería pronto a casa, que mi jor