—Todo está resuelto. No te preocupes —dijo Dave con firmeza—. Le daré a Bianca la boda más grandiosa y la haré la novia más feliz.
El rostro de Madison se iluminó.
—¡Entonces fijemos una fecha pronto!
Las mejillas de Bianca se sonrojaron; no sabía si era por el vino o por tanta charla sobre bodas. Le lanzó una mirada a su madre, intentando frenar un poco las cosas.
—Mamá, no hay prisa.
Pero Madison estaba demasiado feliz como para detenerse.
—¿No hay prisa? Los dos están bien, Dave es exitoso, y tu negocio va viento en popa. ¿Qué más estás esperando?
Leonel no tardó en apoyar a su madre.
—¡Exacto! O… ¿hay alguien más en tu corazón?
Bianca se quedó sin palabras y empezó a toser con fuerza, como si la pregunta de Leonel la hubiera tomado por sorpresa. En ese momento, no quería otra cosa que sacarlo de la sala a patadas.
—Leonel, no es lo que piensas —dijo rápidamente.
Pero él insistió.
—Entonces dime, ¿por qué evitas casarte?
Bianca no sabía qué responder. No podía contarle el tra