Dave dejó escapar una pequeña sonrisa. Con tantas empresas que manejar, incluida Phoenix Alliance Group, hacerse cargo del Grupo Evans era solo otra parte del trabajo.
—Si mi principal accionista me hace una petición, no me queda más que complacerla —dijo con voz suave—. Estaré ahí en una hora.
Bianca sonrió.
—Te estaré esperando.
Después de colgar, se quedó mirando por la ventana, contemplando las luces de la ciudad. En su corazón, había una esperanza silenciosa.
Lo único que aún se interponía entre ella y Dave era la promesa que le había hecho a Blake.
Pero Bianca creía que era solo cuestión de tiempo. Una vez que Blake regresara, todo se acomodaría.
Diana llegó a la oficina esa tarde llena de emoción. No paraba de alabar a Bianca y Dave. Desde que compró acciones en Phoenix Alliance Group, el precio se había disparado, y ahora era una mujer rica.
—Gracias, Diana —dijo Bianca, tomándola de la mano. Sabía que Diana se había arriesgado mucho por ella, incluso hipotecando su villa como