Al principio, él dudaba en contratarla. Pero entonces, la vio levantar un saco de cemento como si no pesara nada. En ese momento, decidió darle el trabajo.

Dijo que aún la recordaba con claridad. Fue la única chica que había contratado como obrera.

El video continuó reproduciéndose.

Luego habló el dueño de un cibercafé. Después, un trabajador de limpieza.

Ambos contaron lo mismo: Reese trabajaba duro y jamás se quejaba.

Sus palabras coincidían exactamente con el testimonio de la dueña del restaurante.

Los reporteros ya no sabían qué decir tras ver el video.

En la transmisión en vivo, el chat estalló en preguntas.

—¿Reese está diciendo la verdad?

—¿Y si la tía y el tío solo quieren sacarle dinero?

—Sabía que había algo más detrás… —susurró alguien.

Justo cuando las cosas empezaban a mejorar para Reese, un grito recorrió la sala de prensa.

—¡La tía y el tío de Reese están en vivo otra vez! —exclamó un reportero.

Bianca no dijo nada. Solo les dedicó a todos una sonrisa confiada. Sin