Sophia iba en el auto que Bianca había organizado para ella. Llevaba un atuendo sencillo: una camisa de cuadros color crema, metida perfectamente en una falda larga negra, proyectando un aire relajado y casual.
Tras finalizar su llamada con Bianca, Sophia miró por la ventana del auto. Se sentía un poco nerviosa, pero ya no estaba abrumada por el miedo o la timidez.
Decidida a brillar en la audición, estaba preparada para dar lo mejor de sí y cumplir con las expectativas de quienes la apoyaban.
De repente, un fuerte estruendo la sobresaltó. Perdió el equilibrio y se inclinó de lado.
Por un momento, sintió como si el mundo entero girara a su alrededor.
Mientras tanto, en el teatro, el personal estaba más ocupado que nunca, ultimando los preparativos para el evento.
Ocho cámaras habían sido colocadas estratégicamente alrededor del escenario, listas para capturar cada ángulo de la audición en vivo, que ya era tendencia en Twitter. Desde antes de las ocho de la mañana, los debates en línea