POV ALESSANDRO.
Miraba una y otra vez aquella niña preguntándome cuál era la razón que tenía para hacer toda esta mierda.
¿Acaso no entendía que la odiaba?
Perseguirme y entrar a un barrio altamente peligroso como este solo para saber qué diablos hacia…Estaba loca, una maldita y sexy loca.
Mi teléfono vibró y sabia quien mierda era. Me aseguré de nuevo que estuviera atada y salí de la pocilga en que tenía que vivir por este tiempo.
— ¿Ahora que mierdas les diré? —susurré, dirigiéndome al lugar de encuentro.
Aquí todos se conocían y ver a una persona nueva era como ver una posible amenaza. ¿Y qué hacían con las amenazas?
Las eliminaban, como pretendían hacerlo con Luciana.
Cuando dijeron las descripciones de la chica, sent&iac